Capítulo 21

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Aeri no estaba acostumbrada a irse a dormir tan tarde, pero estaba teniendo dificultades para descansar, por lo que terminó en el sofá con el control remoto en sus manos y los bocadillos favoritos de Ningning frente a ella, su amiga fue realmente una mala influencia para sus hábitos alimenticios.

La castaña sabía que eso iba a suceder, lo supo desde el principio, Jimin ya era de otra persona. Es por eso que hizo todo lo posible para no apegarse demasiado o ver cosas donde realmente no existían. Sin embargo, sería una mentira si dijera que no había pensado en cómo podrían ser las cosas si a Jimin realmente le gustara. Incluso en el corto período de tiempo que pasaron juntas, ella se había encariñado con la mujer más alta y era fácil imaginar un futuro juntas.

Ese día se dio cuenta de que algo andaba mal. Había algo en los ojos de Jimin, un destello que realmente no podía entender, pero que aún así estaba tan presente. Jimin también estaba actuando de manera diferente, lucía más tranquila de lo normal, como si estuviera ahí solo para cumplir un propósito. Y estaba en lo correcto.

No se sorprendió al escuchar las palabras de la otra chica, pero le dolió un poco saber que ahora sus posibilidades de estar con su alma gemela habían terminado para siempre. Seguía repitiéndose a sí misma que no era un problema, que había vivido sola durante mucho tiempo y que realmente no importaba, que debería estar contenta de haber hecho al menos una nueva amiga.

Estaba enferma y cansada de mentirse a sí misma. Quizás lo que ella quería no era a Jimin, sino a alguien que la amara incondicionalmente.

Tener un alma gemela no era un pase único para la felicidad, tenía muchos riesgos. Aún así, todos los riesgos parecían dar sus frutos. La muerte de su padre casi había destrozado a su familia, pero cuando recordó la sonrisa en el rostro de su madre cada vez que él estaba cerca y lo felices que estaban juntos, fue imposible negar que nada se podía comparar a esa conexión.

También había visto lo que le sucedía a Ningning y a Yeri, lo mucho que la castaña había afectado la vida de Ningning y había hecho su mundo mucho más brillante, incluso si fue por corto tiempo.

Jimin parecía tener algo así con su novia, un vínculo que era tan fuerte que ni siquiera las leyes de la vida parecían ser capaces de romperlo.

¿Era demasiado pedir tener algo así también?

Los fuertes golpes en la puerta de su apartamento la sobresaltaron, la sacaron de sus pensamientos y la incitaron a ponerse de pie. Era demasiado tarde para una visita, por lo tanto, solo podían ser malas noticias.

Preparándose, se acercó cuidadosamente a la puerta, comprobó el monitor electrónico para ver quién era y frunció el ceño en el momento en que vio a una Ningning inquieta afuera. Sin dudar ni un minuto más, abrió la puerta para enfrentar a su mejor amiga.

—Ning ¿Qué estás haciendo aquí?— Preguntó, arrastrando a la chica dentro del lugar tan pronto como la vio.

La pelinegra parpadeó nerviosa, respirando profundamente, mirando a Aeri con una mirada extraña en su rostro.

La castaña nunca la había visto así y estaba empezando a preocuparse por su silencio.

—Ningning, ¿está todo bien?

Con un leve movimiento de cabeza, la chica se apartó de su agarre, solo para extender su mano izquierda, mostrando a Aeri su palma. El primer pensamiento de la morena fue pensar que la marca de Yeri se había desvanecido por completo, sin embargo, cuando miró la mano de la otra mujer, solo pudo jadear por la sorpresa.

—¡Simplemente apareció aquí! ¡De la nada!— Ningning exclamó, aún señalando la marca azul en su palma. Era una marca de alma gemela, con el nombre de Aeri. Un nombre que no debería estar allí.

The mark; winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora