𓏲 ♱ ' EL MUNDO DE SOMBRAS || skz ｡✯❟

【 VIII 】

❝Reunión❞

La biblioteca del Instituo era una habitación hexagonal con un amplio balcón que permitía dar toda la vuelta por el segundo piso, sin que al primero se le bloqueara la vista: un techo abovedado con dramáticos arcos que se unían en el centro con un rosetón dorado, que recordaba al Sol o a un copo de nieve, y del cual se desprendía un elegante candelabro. Su luz cálida bañaba la habitación, desde la alfombra persa, que pintaba por completo el suelo de rojo aterciopelado, hasta los estantes de madera oscura barnizada, que cubrían las paredes de arriba a abajo. Ninguno de los libros era nuevo, se notaba a simple vista, por el tipo de encuadernación y los lomos gastados, los más antiguos se veían tan delicados que parecía que podían hacerse polvo si uno no era lo suficientemente gentil con ellos; bajo los rayos melados que disparaba el candelabro, todos adoptaban un aire casi majestuoso, como reliquias.

Lo eran, después de todo.

O así lo veía Changbin.

La biblioteca era un invaluable almacén de variopintos ejemplares de lo más exquisitos: desde clásicos mundanos como la Ilíada, La Divina Comedia o Crímen y Castigo, hasta detalladas recopilaciones de la historia nefilim y del Submundo, copias de los Acuerdos e inéditas enciclopedias en las que se clasificaba a las diferentes razas de demonios y subterráneos; cada uno de estos volúmenes podía ser encontrado en, al menos, tres o cuatro idiomas diferentes, para acompañar y reforzar el aprendizaje de lenguas extranjeras que era obligatorio en la formación de los cazadores de sombras.
También contaba con su propio Libro Gris, una reproducción exacta del Libro de la Alianza que el Ángel Raziel había obsequiado a Jonathan Shadowhunter. En cada una de sus páginas se ilustraba una de las runas que habían sido concedidas a los nefilim. Todos los Institutos debían poseer su propia copia.
Y, para finalizar, había una pequeña sección de mapas, la mayoría incluía indicaciones y puntos de interés sobrenatural, como la ubicación de los Institutos o de los asentamientos de subterráneos más importantes.

A Changbin le encantaba la biblioteca, era una de sus partes favoritas del Instituto, junto con la sala de entrenamiento y el observatorio. Sabía que no era la más impresionante, incluso había bibliotecas mundanas que le ganaban en tamaño o belleza estética, pero él la atesoraba igualmente: allí no solo había tenido lugar la parte académica de su formación como cazador de sombras, sino que también había sido una especie de... refugio.
El Instituto podía llegar a ser un lugar bastante solitario. Para empezar, Changbin no tenía hermanos, así que solo veía a otros niños cuando sus padres se reunían con alguna de las pocas familias nefilim que también residían en Seúl de forma permanente: los Jung, los Park y los Shin. Mientras los adultos conversaban y tomaban el té, él y los demás niños se dedicaban a jugar, deambular o hacer travesuras, pero nunca llegaron a formar una verdadera amistad y, al hacerse mayores, se distanciaron.
Por otro lado, los nefilim que a veces se hospedaban en el Instituto, pues venían de ciudades lejanas o del extranjero, eran en su mayoría viajeros solitarios o jóvenes sin hijos. La única vez que Changbin tuvo suerte fue cuando la familia Yeh, de Taiwán, se quedó con la suya por un par de semanas. Shuhua, la única hija del matrimonio, tenía casi su misma edad y ambos se divirtieron bastante antes de que los Yeh se marcharan a Tailandia.
Al crecer, Changbin pasaba la mayor parte del tiempo solo y la biblioteca era uno de los lugares donde trataba de olvidarse de eso: montones de libros que le hacían compañía durante horas. Le había tomado cariño y aunque ahora era un cazador de sombras formado, con sus propias misiones, y tenía edad más que suficiente para salir solo cuando quisiera, seguía pasando buena parte de su tiempo libre allí. La biblioteca era un lugar de lo más agradable y acogedor.