Un Compañero

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Xia se despertó porque tenía un poco de hambre, quizás demasiado temprano, ya que Lam y Revi todavía estaban acostados a su lado, y no parecía que estuviesen despiertos.
Decidió levantarse e ir a la cocina a tomar algo.
Aún que estar más cerca de Lam y Revi la calmaba, no era suficiente para quitar los malos pensamientos que tenía sobre Harlén, le quitaba el sueño, y, a veces, el apetito.
Intentó salir sin hacer ningún ruido, ya que Lam se despertaba con facilidad.

- Mierda... - susurró cuando sin querer tropezó con algo en el suelo, pero ninguno de los dos pareció enterarse. Revi seguía roncando-.

Xia salió a la cocina, y cuando fue a tomar un vaso de agua, escuchó unos quejidos al otro lado de la ventana que daba al callejón de al lado.

- ¿Qué será eso? - dijo para sus adentros-.

Los quejidos no cesaban, y Xia cada vez sentía más curiosidad.
A la mierda.
Xia abrió la ventana como había hecho varias veces antes y salió a la calle sin hacer ningún ruido.
Los quejidos la guiaban hacia el lugar de donde provenían, y cuando llegó, aún que apenas podía ver debido a la escasa luz del sol creciente, se sorprendió.
No era nada más ni nada menos que un perro. Un perro notablemente herido que se hallaba tumbado en el suelo, y parecía respirar con dificultad.
Fue cuando se acercó lo suficiente que se dio cuenta de que se trataba de un Doberman.
No se asustó, Xia había tratado con ese tipo de perros más de una vez, pero tomo precaución.

- Hola... - intentó acariciarle, y el perro soltó un gruñido- Voy a ayudarte.

Cómo si el perro la hubiera entendido, alzó la mirada y se dejó acariciar, soltando un par de gruñidos debido al dolor de la herida abierta que tenía.
Xia lo tomó en brazos como pudo y se dirigió sin pensárselo dos veces hacia su casa, entrando por la ventana como pudo con el Doberman en brazos.

- Tranquilo, no te voy a hacer daño, pero no ladres, no quiero que Revi se despierte y encuentre a semejante ejemplar como tú tumbado en el suelo de la cocina - dijo Xia mientras se acercaba al baño, y, nada más doblar la esquina del pasillo, chocó con algo. Bueno, más bien con alguien-.

- ¿Qué haces despierta? - dijo Lam que se acababa de levantar-.

- ¿Estás hablando sola? - preguntó Revi-.

Xia tragó saliva notoriamente.
Tapó el campo de visión de ambos y los arrastró al cuarto de nuevo.

- ¿Qué haces? - se extrañó Revi-.

- Quedaros ahí, yo os hago el desayuno - sonrió Xia nerviosa-.

- Si, y yo tengo un chupete en la boca - contestó Lam apartando a Xia del pasillo-.

- ¿Qué es lo que escond-

Revi se quedó congelado y saltó hacia atrás como un gato asustado.

- ¡¿Qué hace eso aquí?! - gritó-.

- Puedo explicarlo...

El can gruñó debido al ruido que estaba haciendo Revi.

- Pues empieza a explicarlo - se quejó Lam con cara de seriedad-.

¿Estaba enfadado con Xia?

- Esta herido - dijo Xia, como si fuera razón suficiente-.

- ¡Claro!, está herido y tú solita lo vas a devolver a donde estaba - gruñó Revi-.

Xia no tenía ninguna excusa preparada, porque, en primer lugar, era lo que pensaba hacer, pero no tenía en cuenta que se levantarán tan temprano.

Libertad En PrisiónWhere stories live. Discover now