CAPITILO 3: El reencuentro y el deseo de nuestros cuerpos.

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Lucifer.

Una mujer de la misma estatura de la que estaba buscando choco en mi pecho, vestida con una playera de hombre, larga, color azul  de parque jurásico, volteo su rostro para verme atónita. No podía creerlo, es ella como es posible que esta mujer tan increíble este en frente de mi, intento hablarle pero estoy tan emocionado que no se como hablarle o que decirle.

En ese momento Jazz reacciona y se disculpa, después de revisar que ninguna de las cosas que estaban en ella se habían derramado; después de disculparse con aquel chico y verificar que su comida este en su paquete sin derramarse o voltearse en la bolsa habla.

─Disculpa no te vi, espero estés bien─ dijo con una dulce sonrisa y acomodándose uno de sus mechones de cabello, unos mechones cortos de su cabello se habían salido del chongo que llevaba, colocando estos atrás de su oreja.

¿Me sonrió?, sigo idiotizado con su mirada, su sonrisa es tan dulce que siento que mi corazón se va a detener en cualquier segundo y el hecho de recordar su faceta seductora y sensual, hace que me ponga nervioso y muy excitado, de solo recordarlo empieza a ponerse me dura.

¡REACCIONA IDIOTA! no es momento de pensar en ello si no haces algo la chica que eh buscado por una semana yendo al antro se ira.

En ese momento mi cuerpo reacciona agarrándola de la muñeca evitando que se vaya, ella muy avergonzada volteo a verme.

─disculpa me, talvez no me recuerdas, pero yo a ti si y me gustaría conocerte mas si es posible─ sonreí nervioso, no podía creer que estaba diciendo estas cosas, ¿conocerla? creí que solo seria una noche de esas que eh tenido con otras mujeres, no voy a mentir pero soy todo un don juan, eh estado con todo tipo de mujeres pero al final siempre las dejo a un lado, talvez una que otra ah llorado por que las eh rechazado pero siempre fui honesto con lo que en realidad buscaba y jamás las engañe, pero no entiendo porque solo con ver a la mujer de tez morena clara, ojos cafés los cuales a la luz del sol se ven mas claros, de un tono parecido al café capuchino, pelo negro y largo, quebrado con algunos mechones rizados en las puntas me dejo completamente anonadado con su belleza y forma de bailar.

─seria un placer conocerte y ser amigos─ me sonrió, mirándome a los ojos de una forma tan dulce que eh quedado enamorado de ella y se podría decir que algo obsesionado.

¿Escuche bien lo que ,me dijo? ¿amigos? no por favor todo menos eso, mi corazón se encogía, pero no pude negarme, estar distanciado de ella seria peor que solo ser su amigo. no puedo simplemente dejarla ir, no así.

─Permita me acompañarla señorita, mientras podemos ir hablando─ solté su muñeca y ella se sonroja al escuchar esto sin embargo asiente con la cabeza y vamos de camino a... espera, es mi edificio, recuerdo que se rentaba el que esta a en frente del mío, un segundo... eso significa que es mi vecina... no puedo creer la buena suerte que tengo.

Después de unos minutos caminando ella rompe el silencio e interrumpe mis pensamientos, pensamientos que simplemente se tratan de lo afortunado que soy al estar con ella en este momento.

─Disculpa no recuerdo tu nombre, aun que con lo ebria que estaba no creo habértelo preguntado, una disculpa por lo que viste esa noche─ dijo mientras jugaba con su pulgar acariciando su dedo índice, nerviosa de lo que decía.

─Descuida, yo recuerdo el tuyo ya que uno de tus acompañantes lo dijo mientras te cargaba en su hombro─ en ese momento se sonrojo, al ver como se sonrojaba mi mente voló, viéndola con ese aspecto perfecto y piel suave, tibia y erizada debajo de mi cuerpo, sin embargo su vos interfirió con mis obscuros y eróticos pensamientos.

─Lamento mucho haberte puesto en ridículo esa noche─ ¿escuche bien? en ridículo, no es así me encanto su baile.

─Para nada tu solo bailabas, y en los antros es lo que se hace, no te avergüences─ la interrumpí pero no quería que sacara conclusiones equivocadas─ disculpa que te interrumpa, pero para nada me avergoncé o pusiste en ridículo, todo lo contrario, tengo que agradecerte que me dejaras verte bailar de esa forma tan espectacular─ concluí con una sonrisa, sin embargo guarde para mi mente lo sexy que se veía bailando de esa forma, al tener una apertura el vestido de esa noche solo la hacia ver mas hermosa, pero al hincarse en el suelo y moverse como lo hizo, simplemente fue un éxtasis completo en todo mi cuerpo, una sensación fría y eléctrica en mi espina dorsal.

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA... ES MÍA.Where stories live. Discover now