¿Una tormenta se acerca?

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El cielo estaba a punto de llegar a su fin, mientras nuestra protagonista y Ruby continuaban caminando en el bosque, hasta que escucharon un sonido de un joven gritando.


"¡Ayuda! ¡Por favor, alguien ayúdeme!", gritó un chico mientras intentaba liberarse de la trampa.

Luna se acercó rápidamente y le dijo: "¡No te preocupes, estamos aquí para ayudarte! ¿Cómo te llamas?".

"Soy Kai", respondió el chico entre sollozos.

Ruby le preguntó con preocupación: "¿Y qué haces aquí solo? ¿Estás bien?".

Kai les contó su historia, mientras Luna y Ruby escuchaban atentamente y lo ayudaban a curar su herida.

Al final, Luna le dijo: "Estamos buscando el mismo peine encantado. Si quieres, puedes unirte a nosotros en nuestra búsqueda".

Kai miró a Luna y Ruby con una mezcla de alivio y esperanza. "¿En serio?", preguntó. "¡Eso sería increíble! He estado buscando el peine durante semanas, pero no he podido encontrarlo. ¡Tal vez juntos podamos lograrlo!".

Luna y Ruby se miraron y asintieron. "Sí, estamos seguras", dijo Ruby. "¡Vamos, Kai, juntos somos más fuertes!".

Juntos, Luna, Ruby y Kai siguieron adentrándose en el bosque, más determinados que nunca a encontrar el peine encantado. La noche se aproximaba y el bosque se llenaba de sombras, pero su determinación no disminuía.

Mientras caminaban, se adentraron en una parte más oscura del bosque, donde las ramas de los árboles formaban una especie de túnel. De repente, vieron a lo lejos una luz tenue que brillaba entre las hojas.

"¡Mira, allí hay luz!", dijo Luna, "¿Será que hay alguien que vive ahí?".

Kai se aproximó con cautela y murmuró: "Es posible... ¿Debemos investigar?".

Ruby asintió y dijo: "Creo que vale la pena intentarlo.Quizás sea alguien que pueda ayudarnos en nuestra búsqueda".

Lentamente, los tres se acercaron a la luz y descubrieron que provenía de una casa pequeña y acogedora, situada en medio del bosque.

Luna se paró frente a la puerta de la casa, a punto de tocar el timbre. Pero, justo antes de hacerlo, se detuvo, insegura y temerosa. "¿¿Si es una trampa?", pensó.

Ruby, que estaba al lado, vio la duda en los ojos de Luna y se burló de ella amistosamente: "¡Luna, tienes miedo de tocar un timbre!¡Venga, no pasa nada!".

Luna se ruborizó y se disculpó: "Lo siento, sé que soy un poco paranoica.¿ Quieres hacerlo?".

Ruby se acercó y se acercó a la puerta, pero Kai la detuvo: "¡Espera!¿Y si hay algo peligroso dentro?¿No deberíamos ver primero quién vive aquí?".

Kai, con sus 17 años, era un chico alto y delgado, con cabello castaño oscuro y ojos marrones. Llevaba una camiseta azul desgastada y pantalones negros. A pesar de su juventud, tenía una mirada seria y cauta, como si hubiera visto cosas que no se deberían ver a esa edad.

Ruby siguió burlándose de Luna, mientras Kai escuchaba con atención. "¡Luna, si sigues así, vamos a terminar la aventura sin haber salido del bosque!"

Luna, todavía ruborizada, se encogió de hombros y respondió: "Sé que soy un poco nervioso, pero no puedo evitarlo".

Ruby, con una sonrisa, decidió tomar la iniciativa. Se acercó a la puerta y presionó el timbre.

Después de unos segundos, escucharon pasos y la puerta se abrió lentamente. En el umbral apareció una joven mujer de unos 20 años, con cabello largo , rubio y ojos azules. Llevaba un vestido blanco sencillo y una sonrisa amable en su rostro.

The Lost Artifact: The Adventure of the Three HeroesWhere stories live. Discover now