The Lost Artifact: The Adventure of the Three Heroes

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Luna se despertó con la primera luz del día que filtraba por las ventanas de su habitación. La habitación estaba fresca y tranquila, y el aroma de la madera recién tallada aún flotaba en el aire.

Se sentó en la cama y miró a su alrededor. La habitación era pequeña, pero cómoda. Había una cama grande con un colchón blando y un edredón de algodón. En una esquina había un armario de madera donde podía guardar sus pertenencias.

En la pared había una ventana grande que daba al bosque, y una mesa pequeña con un espejo y un peine de madera. También había una vela encendida sobre la mesa, que proyectaba sombras danzantes en las paredes de la habitación.

Luna estiró sus brazos y se preparó para salir de la cama cuando de repente escuchó un golpe en la puerta. Se levantó y se acercó a la puerta, abriéndola para ver quién era.

Ruby estaba en la puerta, sujetando a Kai por el brazo. Kai frunció el ceño, molesto por la interrupción temprana.

"¡Vamos Luna, a explorar la ciudad!" dijo Ruby, emocionada. "¡¡¡dormí casi nada de solo pensarlo!!!" Añadió, empezando a brincar muy feliz.

Luna la miró con una cara de poker, no segura de qué decir o hacer frente a tanta energía tan temprano en la mañana.

"¿No crees que es muy temprano Ruby?" preguntó Luna con una sonrisa irónica.

Luna miró a Kai y añadió, "Y parece que Kai no tiene muchas ganas, digamos".

Kai le respondió a Luna, "¿Cómo voy a tener ganas si ella llegó a mi cuarto tocando la puerta como loca?"

Ruby se rió y respondió: "¡¡¡Pero es que no podía esperar más!!! Hay mucho que ver y hacer aquí!"

Luna se encogió de hombros y ayudó la idea de Ruby.

"¡Los espero abajo!" gritó Ruby, y se marchó hacia las escaleras, mientras que Kai regresaba a su habitación.

"Voy a estar listo en unos minutos" dijo Kai a Luna antes de cerrar la puerta.

Luna asintió y dijo "Está bien", y se fue a preparar también.

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Unos minutos más tarde, Luna y Kai bajaron las escaleras y vieron a Ruby esperándolos con mucha emoción.

Luna, Kai y Ruby se despidieron de la anciana y empezaron a recorrer las calles del pueblo. Las casas estaban construidas con madera y piedra, y las calles eran estrechas y empedradas.

El pueblo estaba lleno de vida y color, con gente yendo y viniendo de los locales. Las tiendas y mercados vendían frutas y verduras frescas, pan recién horneado y artesanías hechas por la gente del pueblo. Había también herreros y carpinteros que trabajaban en sus alrededores, creando herramientas y muebles.

De repente, los tres amigos se detuvieron frente a una taberna pequeña y acogedora llamada "El Camino del Viajero". El edificio estaba hecho de piedra y madera, con grandes ventanas que permitían ver el interior.

El interior de la taberna era cálido y acogedor, con un fuego encendido en la chimenea y mesas y sillas de madera. La pared estaba adornada con trofeos de caza y pesca, y había una barra llena de botellas de cerveza y licores.

El aire estaba impregnado con el olor a comida casera recién hecha, como estofados, cazuelas y sopas. La gente charlaba y reía, mientras disfrutaban de sus bebidas y comidas.

Los tres amigos se adentraron en la taberna, siguiendo el delicioso olor de la comida.

"¡Mmm, eso huele muy bien!" dijo Ruby, lamiendo los labios. Luna la miró y se río.