18

10 2 0
                                    

Sunghoon apareció frente al casillero de Sunoo con una mirada intensa que lo dejó sin aliento. Sunoo sintió un cosquilleo en el estómago al verlo tan de repente, preguntándose qué estaría pasando por la mente de Sunghoon.

-¿Qué estás haciendo aquí?, preguntó Sunoo, tratando de mantener la calma a pesar de la sorpresa.

Sunghoon se acercó un poco más, sus ojos brillando con una intensidad que hizo que el corazón de Sunoo latiera más rápido. —Solo quería asegurarme de que estuvieras bien, dijo en voz baja, su tono cargado de algo que Sunoo no pudo identificar.

Sunoo se sintió abrumado por la cercanía de Sunghoon, su presencia dominante llenando el pasillo con una energía palpable. —Estoy bien,
respondió rápidamente, tratando de ocultar cualquier signo de nerviosismo.

Pero Sunghoon no parecía dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente. Con un gesto rápido, colocó una mano en el casillero junto a la cabeza de Sunoo, atrapándolo entre su cuerpo y el metal frío. —¿Estás seguro?, murmuró, su aliento rozando la piel de Sunoo de una manera que lo hizo estremecer.

Sunoo se encontró sin aliento ante la proximidad repentina de Sunghoon. Su mente luchaba por mantenerse enfocada mientras su corazón golpeaba con fuerza en su pecho.
Antes de que pudiera reaccionar, Sunghoon tomó su rostro entre sus manos, apretando sus labios y mejillas con firmeza.

—Escúchame bien, Sunoo, dijo Sunghoon en un tono grave, su voz cargada de seriedad. —No quiero verte haciendo tonterías con Sunwoo. Te lo advierto, te arrepentirás si lo haces.

Sunoo se quedó sin palabras ante la firmeza de las palabras de Sunghoon y la intensidad de su mirada. Sintió un escalofrío recorrer su espalda mientras el agarre de Sunghoon se aflojaba lentamente, dejando su rostro cálido pero marcado por la advertencia.

—Lo entiendo, murmuró Sunoo, su voz apenas un susurro en el aire cargado de tensión entre ellos. No podía evitar sentirse intimidado por la determinación de Sunghoon, pero también sabía que había algo más detrás de sus palabras.

Sunoo se sintió inquieto por la intensidad del momento. Las marcas rojas en su rostro atestiguaban la firmeza del agarre de Sunghoon, y aunque sabía que eventualmente desaparecerían, el recuerdo de esa presión persistiría en su mente.

A medida que Sunghoon se alejaba, dejando a Sunoo atónito frente a su casillero, un torbellino de emociones lo invadió. La preocupación se mezclaba con el desconcierto, y Sunoo no podía evitar preguntarse qué había desencadenado esa reacción tan intensa en Sunghoon.

Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Sunoo respiró profundamente y se esforzó por mantener la calma mientras se preparaba para enfrentar un día en la escuela lleno de incertidumbre y preguntas sin respuesta.

Sunoo sintió la necesidad de desahogarse con alguien de confianza, así que cuando vio a Sunwoo, lo tomó del brazo y lo llevó a un rincón más apartado del pasillo.

—Sunwoo, necesito contarte algo, comenzó Sunoo, su voz llena de ansiedad.

Sunwoo miró a su amigo con preocupación. —¿Qué pasa, Sunoo? ¿Estás bien?.

Sunoo respiró hondo antes de continuar. —Fue Sunghoon. Me agarró del rostro esta mañana y me advirtió sobre no hacer cosas con... contigo. Me dejó estas marcas, dijo, señalando las marcas rojas en su mejilla.

Sunwoo frunció el ceño, claramente sorprendido por la revelación. —¿Qué demonios? ¿Por qué haría algo así?.

Sunoo encogió los hombros, sintiéndose impotente. —No lo sé, Sunwoo. Pero fue extraño. Nunca lo había visto actuar de esa manera antes.

Mientras Sunoo y Sunwoo discutían en voz baja, una sombra se acercó por el pasillo. Era Sunghoon, con una mirada intensa y decidida en sus ojos.

-¿Qué están haciendo aquí?. preguntó Sunghoon, su tono firme y lleno de autoridad.

Sunoo se sintió tenso al verlo, recordando la advertencia que le había dado más temprano. —Estamos hablando, Sunghoon. ¿Por qué te importa?.

Sunghoon se acercó aún más, su presencia imponente llenando el pequeño espacio entre ellos. —Me importa porque tú eres mi amigo, Sunoo. No quiero verte metido en problemas, respondió, su voz suave pero cargada de determinación.

Sunoo frunció el ceño, sintiéndose frustrado por la contradicción entre las acciones y las palabras de Sunghoon. -¿Y desde cuándo te importa tanto lo que hago o dejo de hacer?.

Antes de que Sunghoon pudiera responder, un grupo de estudiantes comenzó a congregarse en el pasillo, atrayendo la atención de los tres amigos. Sunghoon miró a su alrededor, dándose cuenta de que estaban atrayendo demasiada atención no deseada.

—Esto no ha terminado, Sunoo, dijo Sunghoon en voz baja, antes de dar media vuelta y desaparecer entre la multitud.

Sunoo miró a Sunwoo, su mente girando con preguntas y confusión. —¿Qué crees que quiso decir con eso?.

Sunwoo frunció el ceño, preocupado por la advertencia de Sunghoon. —No lo sé, pero algo me dice que esto es solo el principio de algo mucho más grande.

Sunghoon, con una expresión feroz en su rostro, agarró a Sunoo con fuerza, empujándolo contra la pared más cercana. Sunoo sintió el impacto contra su espalda, mientras Sunghoon sostenía sus muñecas por encima de su cabeza, dejándolo inmovilizado.

—¿Qué te pasa, Sunoo?, gruñó Sunghoon, con los dientes apretados y los ojos llenos de ira. —¿Quién te crees que eres para hablarme así?.

Sunoo sintió un escalofrío recorrer su espalda, completamente intimidado por la agresividad de Sunghoon. —Lo siento, Sunghoon, no quise ofenderte, murmuró, su voz apenas un susurro frente a la ferocidad de Sunghoon.

Sunghoon lo miró con dureza por un momento más, luego lo soltó bruscamente, dejando a Sunoo temblando contra la pared. —Aprende tu lugar, Sunoo, gruñó antes de dar media vuelta y desaparecer entre la multitud.

Sunoo se quedó allí, sintiéndose vulnerable y aturdido por el encuentro. No sabía qué pensar o cómo reaccionar ante la repentina agresión de Sunghoon, pero una cosa estaba clara: las cosas entre ellos habían cambiado irremediablemente.

Flirter| Sunsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora