Capitulo 53

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Era un día nublado, con las hojas danzando por el bosque como piedras de ópalo centellando bajo la luz de la luna. 

La niña bailaba mientras sus ojos se unían como diamantes llamados por la misma sinfonía hacia las hojas que tenía alrededor.

Él por otro lado, era la oscuridad que contrastaba con la luz que manaba de ella, juntos formaban el jin y jang, la luz no existía sin la oscuridad, así como la oscuridad no podía existir sin ella…

 

-¿Qué haces? -lo interrumpió la voz de Jack. Nina levantó la mirada de un brinco.

-Leía.

-¿Por qué?

-Porque abajo, atada e indefensa está la mujer que podría darme camino a las respuestas que no pude conseguir el último mes sin importar a cuantos haya interrogado ni a cuantos haya sobornado. Nunca tuve una oportunidad tan cerca. Y no puedo tomarla, entonces intento distraerme leyendo.

-Ve y hazlo.

-No me dirá nada.

-¿Qué tienes hasta ahora? -preguntó mientras se sentaba a su lado y le quitaba el libro.

-Jorda trajo a América la droga y la nombro “dulces sueños”. Mató al propietario y borró toda su información, para así quedarse con el crédito y dejarla como “su creación”. Juntó varios millones y se quedó como secuaces a los peores pedófilos del mundo. Claro que como recompensa recibían una gran suma de la droga, y la distribuyen.

-De acuerdo…

-Dos años después, se metió en el tráfico de personas, esto triplico sus millones. Se distribuyó hacia Asia y Europa. A la mayoría de los policías y gobiernos les gustan las esclavas sexuales, algunas latinas, otros, asiáticas, a otros le gustan las drogas. Jorda Indalehci les proporciona todo a cambio de su silencio.

-¿Cómo averiguaste todo eso?

Ella sonrió, una sonrisa triste más que de orgullo.

-¿Listo para unas palabras innecesarias?

-Por supuesto.

-Soy mujer. Por esa simple razón los hombres me miraran, podría asustarme, y créeme, lo hago, pero también es un arma, puedo usarla para sacarle información a los hombres y eso hice.

Jack la miró como a una niña a la que debería proteger.

-¿Alguno te ha...?

-No, por suerte no. solo me miran como a una muñeca en una juguetería...                           -Pero sin ver que por dentro eres peor que Lilith.

-Lilith no es mala ¿sabes? Solo no obedeció a Adán.

-Me refería a poderosa… -replicó con una sonrisa.

-De acuerdo. Gracias.

-Ve, interrógala, has lo que quieras Nina, nadie te detendrá ni dudará de ti. -le dijo con una sonrisa de medio lado, la gran sonrisa que la fue enamorando lentamente. Así era él, el extremo opuesto entre un lunático sin corazón, y un chico protegiendo lo que quiere, eso es lo que ella ama de él.

-¿Me acompañas?

-Siempre.

-Necesitamos a Venecia para esto. -susurró Ronnie.

-¿Por qué? -respondió Blake, ambos estaban en una esquina de la habitación. La mujer, seguía atada a una silla detrás.

-Los interrogatorios son su especialidad.

Reino De PlataWhere stories live. Discover now