𝟬𝟭𝟭. DISTRACTIONS

188 24 0
                                    

CHAPTER 011
BLOOD DYNASTY

CHAPTER 011BLOOD DYNASTY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.























DISTRACCIONES























           KING'S LANDING apestaba a orina y mierda cuando Aemond regresó al mismo burdel al que había jurado no volver jamás, con las manos húmedas apretándose y soltándose a los lados mientras se debatía entre levantar la aldaba o dejarla en paz.
     
La luna aún colgaba en lo alto del cielo, y el hedor de la ciudad quemaba la nariz del príncipe mientras miraba fijamente la ornamentada puerta de madera. Este era el burdel favorito de Aegon, y a pesar de que Aemond había jurado no volver a cruzar el umbral de este miserable lugar, no podía quitárselo de la cabeza.
     
No cuando había vislumbrado
mientras merodeaba por la ciudad, buscando una distracción, algo que aliviara el dolor que lo consumía.
     
Myrella era una chica sencilla, no del tipo que suele gustar a Aemond, sin embargo, con poca luz y desde un ángulo concreto, Aemond podía fingir que se trataba de cierta chica
Con su pelo dorado, sus ojos azul oscuro y su esbelta figura, se parecía lo suficientemente a ella para complacerlo.
      
Había pasado más de un año desde la última vez que Aemond se había llevado a Myrella a la cama, y aquella noche había regresado a la Fortaleza Roja destrozado, incapaz de justificar ya su comportamiento. Él era un príncipe. Él no era como Aegon o Aenora. No vagaba por la ciudad con la esperanza de encontrar un poco de consuelo. Al menos no tan a menudo como sus hermanos. Él era mejor que ellos. Era mejor que sus tentaciones. O eso creía.
      
Justo cuando Aemond estaba a punto de darse la vuelta y desaparecer entre la multitud, la puerta se abrió de par en par y apareció un rostro sencillo y familiar. Myrella lo miraba fijamente desde la rendija de la puerta, con sus grandes ojos azules observándolo detenidamente. La mirada de Aemond se deslizó de su rostro a su cuerpo, que estaba adornado con un escarpado vestido rojo que no dejaba nada a la imaginación. Los labios de Aemond se crisparon al contemplar la tela.

Sin mediar palabra, empujó la puerta y agarró a Myrella del brazo, arrastrándola a través del burdel hasta el fondo, donde se encontraban las habitaciones privadas. La muchacha no dijo nada mientras seguía al príncipe, cuyo corazón martilleaba en su pecho. Rojo. Eso fue todo lo que vio Aemond cuando arrojó a la muchacha a una habitación vacía y cerró la puerta tras ellos, con el pecho subiendo y bajando con la respiración entrecortada.
      
Rojo.
     
—Mi príncipe, —murmuró Myrella, con un acento más suave que la última vez que Aemond supuso que era de algún lugar más al sur, aunque no le importaba saberlo.
      
El ojo de Aemond se crispó mientras miraba fijamente a la muchacha. —Creí haberte dicho que nunca te pusieras ese color, —espetó, recorriendo con la mirada el cuerpo de la muchacha. El vestido apenas era más que unos trozos de tela ceñidos a la cintura. Sus pechos y su coño se veían claramente a través de la malla, y cuanto más la miraba, más duro se ponía.

BLOOD DYNASTY ━━ aemond targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora