DIGNO DE TU AMOR [ King y tu]

CAPÍTULO 27💚

NOTA DE LA AUTORA:

No puedo creer que dije "he vuelto" y me desaparecí por tres meses ajsjajaja. 

Pero, en mi defensa, entré a trabajar y eso consume todo mi tiempo. Además de que escribir este capítulo me costo alrededor de dos meses, ni si quiera entiendo por que, bueno, este capítulo contiene un pedacito +18, y ese pedacito me costó horrores, no quedé satisfecha con el resultado pero ya no quería hacerlos esperar más. Así que de momento lo dejaré así y cuando haya mayor imaginación la cambiaré. 

Espero que máximo, el fin de semana esté el siguiente capitulo, mándenme sus buenas vibras para que así sea. Se vienen cositas ajsjajaja.   

ADVERTENCIA.

Este capitulo contiene escenas explicitas, si no disfrutas de este contenido, puedes saltarlo, no influye en el entendimiento de la historia, comenzará en este emoji ❤️❤️ y terminará en este. 💚💚

Disfruta la lectura. 

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Al despertar, noté por la ventana, que aún faltaba al menos una hora para que la mañana aclarara. Sin embargo, el sueño se me había extinguido por completo.

Suspiré y estiré mi cuerpo para relajar los músculos. Me levanté de la cama y salí de la habitación después de vestirme.

—Buenos días, bonita— escuché decir en mi oído.

—Por amor a las diosas, dejen de asustarme de esa manera— me quejé cerrando los ojos llevando una mano a mi pecho.

King me rodeó con sus brazos desde la espalda mientras reía.

—Imaginé que despertarías temprano— dejó un beso en mi mejilla, me soltó y se colocó a mi lado para empezar a bajar las escaleras —¿Vas a entrenar?

—Sí, el capitán dijo que hoy no podría entrenar conmigo, me dejó indicaciones para hacerlo por mi cuenta.

—De acuerdo, te haré compañía. Por cierto, gracias por la cena de anoche, estuvo deliciosa— me miró a los ojos mientras sonreía. —Ya no quise despertarte, pero la disfruté mucho.

—Que bueno que te gustó.

Salimos de la taberna y nos dirigimos al río, pues hace poco, Meliodas comenzó a instruirme para controlar corrientes de agua con ayuda de mis vientos.

Hacerlo era más complicado de lo que parecía, el viento, por sí solo, era bastante ligero en mi espada, pero mover el agua con esta, se sentía como intentar cargar una roca que pesa toneladas. Cada intento me dejaba más agotada que el anterior, por lo que debía intercalar descansos entre cada uno.

En esta ocasión, King me ayudó en el proceso y me dio algunos consejos para lograrlo sin desgastarme tanto.

—Es sorprendente la rapidez con la que mejoras cada vez que te veo entrenar.

Una sonrisa salió de mi boca por su comentario. Dejé la espada recargada en una roca y me senté en el suelo para descansar un poco.

—¿Lo dices para animarme? Siento que me cuesta más seguirles el ritmo.

King se acercó a mí y me tendió un recipiente con agua para beber.

—Nada de eso, bonita. Genuinamente creo que avanzas a pasos agigantados, para ser humana, logras cosas en mucho menos tiempo del que la mayoría lo haría. Eres increíble.

El sonrojo en mis mejillas se hizo presente al instante. Cuando se trataba de King, todo lo que hiciera o dijera, me afectaba demasiado.

—Gra-gracias...—respondí torpemente.