32| Revelaciones *

1.9K 359 114
                                    










32| Revelaciones *






Cuando recobré la conciencia ya me encontraba en otro lugar totalmente diferente a los jardines del Olimpo.

Me sentía acogida entre unos fuertes brazos cálidos, un sentimiento de protección me envolvía mientras percibía el toque fantasmal de unos nudillos acariciar mi rostro con la mayor delicadeza posible. Entreabrí los ojos para toparme con una mirada azulada que ya conocía muy bien. Me veía con amor, pero también con algo de miedo. Como si temiera por mi reacción al despertar.

Largué un suspiro sintiéndome cada vez más reconfortada bajo su tacto, podría quedarme en los brazos de Apolo día y noche, sin querer jamás escapar de ellos. Uno de sus rizos caía sobre su frente de manera rebelde y la triste sonrisa que me regaló hizo que mi corazón se rompiera en añicos: el dios de la perfección se veía agotado, tenía un ligero enrojecimiento bajo sus córneas y su brillo dorado había desaparecido para dar paso a una leve palidez en su piel, dándome la sensación de estar junto a un desconocido y no con mi novio.

— ¿Q-Que pasó? —logré articular, con voz rasposa.

Mi garganta dolía un poco. Como si me hubiera hartado de gritar anteriormente.

— Un desmayo —murmuró Apolo suavemente, sin dejar de acunarme en sus brazos—. Los sátiros te recogieron a mitad del camino y te trajeron de vuelta.

¿A mitad del camino? ¿No había llegado al templo de Psique y mi padre?

Abrí los ojos recordando mi encuentro con Calíope. Aquella zorra hablando de mi madre como si la conociera íntimamente. Pensé en su última revelación sintiendo un nudo en el estómago.

Mamá había sido asesinada en el Olimpo.

Mi mente se inundó de cada momento que viví en mi último sueño, después de que me lo confesara. Mi alma fue transportada al pasado, donde Eros y Stelle discutían sobre algo que no lograba repetir en mi mente adecuadamente, y después…

Después, alguien llamándome “mamá”.

Por inercia miré mi vientre y luego a Apolo. Otra vez a mi vientre, y de nuevo a Apolo. Recordaba que en nuestro acto sexual de hacía unos días, él se había descargado sobre mí, no en mi interior. Mis mejillas adquirieron un color rojizo al rememorarlo, que mi dios acarició sin indagar el porqué.

— Calíope… —hablé en un susurro, dejándome llevar por su toque—, ella dijo cosas.

— Solo quería fastidiarte.

Negué ligeramente con la cabeza.

— No, ella me dijo la verdad —lo miré a los ojos—. Apolo, mi madre fue asesinada aquí, en el Olimpo. No murió por tuberculosis como nos hicieron creer a Sally y a mí.

De alguna manera, presentía que la musa no me había mentido. En el sueño, Stelle parecía estar rodeada por un aura que presagiaba muerte segura. Eros había hablado de sus enemigos. ¿Cómo una mortal podría tener enemigos poderosos? La única explicación era que se había entrometido demasiado en el mundo divino, más de lo que cualquiera debería.

Apolo no respondió, pero tampoco se veía asombrado. Lentamente, me deshice de sus brazos, levantándome sin apartar la mirada de él. ¿Sabría algo que yo no?

— Apolo… —empecé con advertencia.

Él suspiró pasando una de sus manos sobre su cabello rizado. Entonces me di cuenta de que habíamos regresado a su habitación, me encontraba tendida en su cómoda cama con él sentado en el borde. No llevaba una de sus glamurosas túnicas, sino una armadura, resplandeciente pero amenazante. Como si estuviera preparado para pelear en cualquier momento.

Apollo's Heart | Apolo ²Where stories live. Discover now