CAPÍTULO 14

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Cuando hubieron llegado al piso superior, todos quedaron deslumbrados, incluidos los de Arctic Monkeys. Había dos puertas, y dos guardias las resguardaban. Demian pasó al frente, él era el único que no parecía deslumbrado, pues fue él quien consiguió las reservaciones en todos los hoteles donde se hospedarían, ya que debían cumplir con lo establecido

—Buenas noches —y Demian mostró un pase dorado, casi parecía de oro macizo. Los oficiales hicieron reverencia

—Bienvenido, señor Harrison —y abrieron las puertas. Después de esas puertas, había una pequeña estancia, donde se encontraba una mesilla con un teléfono y dos sofás, posteriormente había unas puertas de cristal, que incluso antes de que ellos entraran, abrieron las puertas los guardias. Parecía el paraíso.

Demian había ordenado que trasladaran su piano rojo a la estancia. La sala estaba llena de mesillas, en cada mesilla había botellas de agua que Mani y sus amigas sólo habían visto el día que fueron de compras, las cuales eran carísimas, había también floreros, con las flores mas exóticas que sólo se veían en fotografías, había un ventanal al frente, que seguramente terminaba en una terraza, con una alberca solo para ellos.

—Por aquí, chicos —y Demian se deslizó hasta un comedor que hasta el momento había parecido invisible. Era nada mas y nada menos que un comedor de caoba, con detalles exquisitos y sillas que parecían tan cómodas. Todos lo rodearon.

—¡Demian! ¿Cómo haz conseguido todo esto? —exclamaba asombrado Jamie

—Chicos, ustedes probablemente pensarían que estábamos acostumbrados a estos lujos... Pero verdaderamente no ha sido así —aclaraba Alex

—Al igual que ustedes, estamos asombrados —y Matt miraba a su alrededor.

—¿Y bien, Demian? —preguntaba casi ansioso Nick —¿Cómo lo haz hecho?

—¿Cómo que como? —Demian se volvió airado y contesto —He estado trabajando

—Oye, tranquilo viejo... Yo sólo —y de inmediato, media docena de sirvientes entraron por la puerta. Una mujer, de rasgos asiáticos se situó al frente.

—Buenas noches, señor Harrison —y todos hicieron reverencia —Esperamos que usted y sus... —y la mujer pasó la vista por los estrafalarios atuendos de los invitados, y dejó revelar una mueca de desaprobación —se sentirán muy cómodos. Como lo había ordenado, en caso de que sus invitados y usted tuviesen el gusto de cenar, hemos preparado un banquete: "The King's Feast" —de inmediato, las mujeres detrás de ella, salieron, y en sólo unos segundos entraron carritos con platillos cubiertos sobre los mismos. Se sincronizaban perfectamente, dejando todo tan acomodado para los invitados. Si los AM estaban impresionados, simplemente Mani y sus amigas estaban boquiabiertos desde el concierto.

—Enserio... ¿Todo esto para nosotros? —exclamó incrédula Xim

—Si chicas, he solicitado el banquete para ocho personas exactamente —mencionaba Demian mientras colocaba la servilleta sobre sus piernas y levantaba su copa de vino —Me gustaría proponer un brindis, por este increíble viaje; por lo dichosos que hemos sido y por compartir nuestro tiempo con personas de su categoría. Muchas gracias —claramente Demian parecía muy distinguido, a pesar de que no estuviese vestido formalmente, la elegancia fluía de él. De inmediato, el banquete comenzó. Había muchos tipos de cortes de carne, ensaladas, comida vegetariana. Simplemente había de todo. Todos probaron de todo lo que les ofrecían. Se vaciaba su copa y de inmediato la llenaba, un cubierto cayó al piso y de inmediato fue remplazado por otro y la mancha lavada. Era un servicio excelente, aunque en algunas ocaciones Mani podía jurar que era juzgado él y todos los de la mesa por sus modales básicos al consumir alimentos. Cuando hubieron terminado el plato fuerte y la última copa de vino fue servida, Mani levantó su copa tímidamente, Demian le hizo una seña.

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