CAPÍTULO 51

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"Ya lo había dicho antes pero...¿Qué no es el hombre mas perfecto que ha existido? Después de que me regalara la colección completa de los libros de Harry Potter, firmados por la mismísima J.K. Rowling, pensé que nada más me sorprendería. Sin embargo, seguimos caminando como dos enamorados de las manos. Muchos vendedores ambulantes se nos acercaron, vendiéndonos flores, pequeños regalos y Demian me compró todo lo que encontró a su paso: desde chocolates deliciosos, hasta un ramo de rosas e incluso peluchitos de colores.

Seguimos caminando hasta un restaurante muy fino, que estaba lleno de flores y una iluminación mas bien opaca pero apacible. Nos quedamos esperando una mesa para dos, increíblemente, el mesero consiguió una. Cuando entramos, muchos chicos y chicas volteaban a ver a Demian, y es que de un tiempo hacia acá había dejado la finta de (aunque me duela aceptarlo) de nerd inocente y tímido; de hecho lucía como todo un hombre. Ese día llevaba una camisa de vestir en color violeta, que hacia remarcar los músculos de sus brazos a cada movimiento; llevaba además unos jeans que hacían un juego casual con su camisa y un aire de formalidad, además había acomodado su cabello de una forma tan peculiar que el solo verlo hablar me hacia querer besarlo de una vez por todas. Mientras hablaba con el recepcionista del hotel, me miraba de reojo y sentía como una corriente de pasión me dominaba rápidamente... esa sonrisa simplemente me cautiva. no podría decirle que no a nada de lo que me pidiese ..."

—Mani...¿Estas bien? — La voz de Demian traía a Mani a la realidad...bueno, en realidad siempre estuvo pensando en la realidad, pero seguía sin poder creerlo ni un poco

—Lo siento, solo estaba pensando en ti - Mani se sonrojaba - Este es el día mas perfecto...

—Ya habías dicho eso otros días - Demian rio, cruzado de brazos

—Todos los días que paso contigo son los mas perfectos - se puso de puntillas y le dio un beso. También Mani se había puesto a pensar que cada vez que tenían aunque fuese un contacto mínimo, no podían siquiera separarse, todo se ponía cada vez mas intenso y Demian no temía tocarlo como las primeras veces, sino que parecía que ese instinto lo dominaba a tal grado que podían llegar a las ultimas consecuencias. Recordaba que las ultima veces que se habían tocado habían estado prácticamente listos para ponerse un tanto salvajes, sin embargo, siempre había habido un maldito contratiempo. En verano, Mani siempre se sentía muy sensible, y a cualquier provocación podría hacer lo que fuese; y parecía que Demian ya lo sabia, solo esperaba el momento clave. Cuando se hubieron separado, simplemente en los rostros de ambos se dibujaba aquella ansiedad que se había mantenido oculta.

—Creo que, será mejor que pasemos a nuestra mesa - Demian tenia bastante autocontrol, cosa que la mayoría de las veces Mani agradecía. Si no fuera por él, quizá jamás se apartarían el uno del otro. El camarero los guió hasta su mesa. Mani iba cargando varias bolsas de cosas que Demian le había comprado, y se había negado rotundamente a que le ayudase, pues quería disfrutar todos sus regalos. La gente los miró entrar y subir hasta un segundo piso, donde se encontraba solo una mesa fuera, en un balcón precioso con vista a toda la ciudad

Monsieur, le recuerdo que esta área es V.I.P. Muy costosa - añadió el camarero, mirando a Demian y a Mani por encima del hombro

—Pagaré lo que sea por ella - Demian estiró una tarjeta dorada con una incrustación mas parecida a un diamante. El camarero casi se va de espaldas. Se realizó el pago previo de todo lo que consumirían y Demian dejó su tarjeta en la mesa. Mani la tomó y la observó

—¿Por que ese hombre se sorprendió al ver tu tarjeta? - pregunto Mani, observando que no tenia nada en particular, solo aquel color dorado que jamás había visto y la incrustación del diamante

—Quizá es porque es muy exclusiva. Es internacional y solo se puede abrir si el cliente tiene un mínimo de 50 millones de libras en su tarjeta - Demian tomaba despreocupado un vaso de agua con fruta en el fondo, mas parecida a un batido

—¡50 millones de libras! - Mani se levantó de su asiento, haciendo que todos los presentes giraran a mirarlos, nuevamente

—Si... ¿Por que te sorprende? - Demian reía, tímidamente - Realmente la banda a generado demasiadas ventas, creo que todos tenemos una igual, aunque nunca la ocupamos realmente - Demian miró la carta – ¿Estás listo para ordenar? - Mani asintió y mas tardó Demian en llamar al camarero que el en aparecer.

~*~

Habían pasado apenas 10 minutos cuando le sirvieron la mesa. Cinco hombres aparecieron y los atendieron excelentemente, solo faltaba que los alimentaran en la boca. Tres hombres se quedaron frente a ellos

—Emm...ya pueden retirarse - Demian hizo una seña

—No, por supuesto que no

—Retírense, yo y mi novio queremos un poco de privacidad - Demian lo dijo en un tono muy relajado, pero ellos se dispersaron de inmediato

—Últimamente te haz vuelto...no sé. Diferente... - Mani alcanzó el dorso de su mano

—Contigo me siento mas que diferente - un brillo en los ojos de Demian centellaba. Comieron y en pequeños lapsos de tiempo reían y compartían experiencias el uno con el otro. Pronto en un momento, casi al atardecer, soltaron globos que subían por el cielo y parecían cambiar de color con forme la luz los atravesaba. Disfrutaron de un perfecto panorama, de una cena envidiable y finalmente se dispusieron a la salida - Disculpe, me gustaría llamar a un taxi, es que deje mi auto estacionado lejos de aquí y me gustaría volver por el.

—Con gusto, Monsieur - el hombre levanto el auricular — ¿A donde va? — Demian extendió una tarjeta con la dirección del lugar y el hombre la dicto al teléfono, luego realizó un gesto de espanto - Monsieur, no sé como decírselo, pero...Monsieur, discúlpeme, han cerrado la pista que lo lleva hasta su hogar, haré todo lo que me pida, Monsieur Harrison, pero no se lo diga a mi jefe - el hombre estaba de rodillas y Demian lo miraba con una expresión extrañada. Suspiró y ayudó al hombre a levantarse

—¿Que le pasa? ¿Se humilla así a menudo? — Demian sacudió su cabeza lentamente de un lado a otro y tomó su móvil — Bon soir...¿Matt? ¿Qué haces tú al teléfono? ¿Qué? Bueno, como sea... — Demian parecía haber llamado a su mansión de las orillas de Lyon — Solo quiero que envíen el jet privado. Si, mantenme informado. No se te vaya a olvidar. Adiós — Demian colgaba

—¿Vendrán por nosotros en el jet? — preguntaba Mani y Demian asentía — Pero... ¿No crees que sea muy grande? Quizá no hay lugar donde lo autoricen... — la sugerencia de Mani hizo reflexionar a Demian

—Esperaremos a ver si es posible... Sino... — Demian giró y nuevamente se encontró con el camarero — ¿Tienen acaso un hotel cerca?

—Oh, oui oui — el hombre pronto proyecto en una pantalla las opciones — Solo realiza su pago y queda de inmediato reservado para usted

—Solo necesito un par de minutos en lo que me confirman si... Permítame — el móvil de Demian sonó — ¡Matt! ¿Si localizaron un helipuerto...? ¿No? Pero... ¡Diablos! ¡Pero mañana hay que tomar el vuelo a Marseille... ¡Joder! Entonces creo que me quedaré aquí con Mani. Si, si, ustedes tomen el vuelo. Nos veremos haya. Cuídense — Demian dejó el teléfono en su bolsillo — Creo que nos quedaremos aquí esta noche

—Oui... Entonces... ¿Serán dos habitaciones? — preguntaba el hombre

—No, solo una — Demian sonrió y miraba a Mani...¿En qué momento se había tornado tan interesante aquel viaje?... Mani tragó saliva y espero salir siendo virgen de Marseille...o quizá no

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