STEFAN - CAPÍTULO 15

3 1 0
                                    

Eryx me había citado en su despacho a las ocho y media de la mañana. Susi aún no había aparecido por allí ni el señor Kana había llegado a la hora indicada.

Diez minutos después llegaron los dos chillando y riéndose.

-¡Siempre puntual! -Eryx me dio unas palmadas en el hombro- Vamos dentro.

Me guio con la mano aun sobre mí y me señaló la silla frente a su sillón. Me senté nervioso y él se sentó con una sonrisa.

-Estas nervioso, ¿verdad? ¿Qué crees que es lo que te he propuesto?

-He preferido no pensar en nada para no hacerme ilusiones.

-Que aburrido eres -cogió unos folios y los golpeo contra la mesa para cuadrarlos-. Lo que quiero que hagas es que empieces de cero con la idea de los cruceros. Yo soy mayor para ponerme a crear algo nuevo, pero sí que me gustaría una sección de cruceros dentro de mi imperio. Ya tenemos más de medio camino hecho, los contactos. Ahora lo que quiero es que tú lo empieces. Sabes hacerlo, es lo que has estado haciendo durante estos años. Buscar presupuestos, pensar rutas, investigar como es un buen crucero de verdad. Lo que quiero es innovar, como bien dije ayer. Quiero un diseño de crucero que revolucione la industria, tanto estéticamente como en la programación. Pondré a tu disposición todo lo que pidas.

-¿De verdad me está ofreciendo esto, señor?

-Por supuesto que sí, hijo. Ya sabes lo suficiente como para crear algo tú también. Lucas heredará los hoteles cuando yo no esté, pero quería dejar algo para ti también. Al fin y al cabo, tú también eres mi hijo, prácticamente -se me hinchó el pecho y los ojos se me pusieron vidriosos-. Confío plenamente en ti, sé que no me vas a defraudar.

-Gracias, señor -Eryx me sonrió y me ofreció un caramelo que acepté con la mano temblando-. No sé cómo agradecerle esto.

-Empezando hoy mismo a moverte. Me gustaría tener esta idea un poco más desarrollada para dentro de tres semanas.

-De acuerdo, me pondré en cuanto llegue a casa.

-¿Cómo que cuando llegues a casa? Tienes un despacho en la cuarta planta entero para ti. Desde hoy ya no tendrás que perseguirme a todas partes, ahora tendrás a alguien que te siga, si lo necesitas.

-¿Y las reuniones de hoy?

-Puedo apañármelas solo, tu vete a tu nuevo despacho. Te he dejado una agenda con todos los contactos que te pueden servir. Te aconsejo que pienses primero en lo de innovar, luego ya veremos el resto. Toma -me dio los folios que había estado toqueteando-, tu nuevo contrato. Me he tomado la libertad de subirte un poco el sueldo -no tardé ni un minuto en firmar todas las hojas-.

Me levanté y extendí mi mano para despedirme de Eryx. Este ignoró mi mano y rodeó su mesa para ponerse a mi lado y darme un abrazo.

-Estoy muy orgulloso de tu trabajo, espero que siga así.

Nos separamos y asentí con una sonrisa antes de desaparecer casi huyendo, más por evitar que viera mi barbilla temblando de la emoción, que por ir a ver corriendo mi nueva cueva. La cuarta planta estaba llena de oficinas con gente moviéndose por todas partes. Ni siquiera sabía que es lo que hacían en aquella planta, pero yo me mezclé entre ellos y busqué mi despacho. No sabía muy bien si pondría mi nombre o me tendría que meter en el primero que viese vacío.

-¿Señor Bologna?

Una voz cantarina me asaltó por la espalda. Apareció una chica de metro cincuenta, pelirroja y con demasiado pecho vestida con una falda ajustada gris y una camisa blanca abrochada menos el ultimo botón para poder respirar. Al girarme, la chica se puso roja y abrió sus ojos azules.

El amor no existeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant