CAPÍTULO 15

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En las sombras del castillo, la luna apenas se filtraba a través de las altas ventanas y vitrales

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En las sombras del castillo, la luna apenas se filtraba a través de las altas ventanas y vitrales. Yeonjun, con el corazón latiendo en su pecho, siguió al misterioso hombre enmascarado. El rubio, más alto que él, se movía con una gracia inigualable, su capa negra ondeando tras él como un espectro.

Los pasillos eran un laberinto de piedra, y los ecos de las botas de los soldados resonaban en las paredes. Yeonjun apretó los puños, su mente girando entre la urgencia de escapar y la necesidad de protegerse, se dejaba guiar por aquel hombre, algo le decía que era de fiar. El enmascarado lo miró por encima del hombro, sus ojos ocultos tras la tela oscura sin dejar de correr.

— Sigue mi paso — llamó el rubio, su voz ronca y llena de secretos — . No te detengas.

Yeonjun asintió, su garganta seca.

El enmascarado lo llevó por pasadizos ocultos, sorteando trampas y guardias. A veces, Yeonjun veía destellos de acero, y su instinto lo impulsaba a esquivar las espadas y las flechas. El rubio estaba siempre un paso adelante, como si conociera cada rincón de aquel castillo.

Finalmente, llegaron a una puerta de roble macizo. El enmascarado la abrió con un gesto, y Yeonjun entró en una habitación oscura. El rubio lo siguió, cerrando la puerta tras ellos.

Guió a Yeonjun a través de pasadizos secretos, sorteando guardias y trampas. El príncipe estaba agotado, su corazón latiendo con fuerza mientras seguía al enmascarado. La confianza que había depositado en él era ciega, pero no tenía otra opción.

Finalmente, llegaron a una pequeña cámara oculta detrás de una estantería de libros antiguos. Fue empujado a la estantería, revelando una entrada secreta. Yeonjun entró, jadeando, y aquel enmascarado lo siguió.

La habitación estaba llena de polvo y olía a madera vieja. Había una cama estrecha contra una pared, y una ventana pequeña con barrotes de hierro.

— Aquí estarás seguro — su voz suave.

Yeonjun asintió, aún sin aliento. Se dejó caer en la cama, sintiendo el cansancio en sus huesos, se acercó, preocupación en sus ojos. Él miró a Yeonjun, sus ojos llenos de determinación.

Yeonjun asintió, su corazón en un torbellino. Aquella otra persona se giró hacia la puerta, listo para enfrentar a sus atacantes. Pero antes de que pudiera reaccionar, una sombra se abalanzó sobre él desde atrás.

El grito de Yeonjun resonó en la habitación mientras veía a él cuerpo caer al suelo, la máscara arrancada de su rostro. El atacante era una sombra con ojos fríos y una sonrisa retorcida. La daga de plata del chico estaba ahora en manos del enemigo.

Yeonjun se revolvió en la cama, su respiración agitada. La pesadilla había sido demasiado real: alguien siendo atacado por su culpa, cayendo al suelo, su cuerpo inerte. El grito de horror de Yeonjun aún resonaba en sus oídos.

𝙏𝙃𝙀 𝙈𝙊𝙊𝙉  𝙆𝙉𝙊𝙒𝙎 𝙒𝙀'𝙍𝙀 𝙄𝙉 𝙇𝙊𝙑𝙀 - 𝙎𝙊𝙊𝙅𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora