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PATRIK

Eran las doce de la noche.

Me eché en la cama recordando cada momento que pasé aquella tarde en la casa del bosque. Sin duda había magia. Y no lo decía solo por las flores que decoraban cada rincón, las piedras coloridas en la entrada o el olor a hierba en el interior; sino por Rochel. Ella les daba vida a las cosas, aunque ni siquiera lo notara.

Por meses yo había intentado que mi departamento se transformase en un hogar, pero fracasé rotundamente; se quedó siendo desordenado como los demás, sin chispa ni alma. Ni siquiera pasaba mi tiempo ahí porque estuve ocupado con mis proyectos finales, pasando tiempo con Selina o montando bicicleta por la ciudad. En cambio, Rochel había llenado su hogar de flores y colores: pintando en cada pared, pegando dibujos en su habitación o dejando rosas en aquella mesita de noche.

Qué don tenían las personas que lograban construir un verdadero hogar.

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Tenía una gran manía con escribir capítulos cortos jsjsj

El día que el amor se marchiteWhere stories live. Discover now