1984. Metztli Carolina, bruja de nacimiento y no por deseo ha hecho el llamado de almas Gemelas y descubrió algo impactante: su alma gemela había sido asesinada, dejándola con un duelo muy fuerte a pesar de no haberlo conocido en vida. Sin embargo...
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Querido lector. Es de mi agrado informarte que nuestro romance puede tener varios picos desnivelados, pero creo que las piezas en el rompecabezas se están acomodando.
¿Qué harías si eres un fantasma viviendo en una casa con tu "alma gemela", y que llega su amigo satanista nigromante a quedarse?
Hubo una época en la que un psicólogo mencionó que Metztli tiene la terrible debilidad para ser manipulada y controlada por otros, aquellos que tenían la facilidad de orillarla a hacer cosas terribles aunque fuera en contra de su voluntad. Estamos llegando al límite de complacer para dar paso a la independencia. ¿O estamos más lejos del objetivo? Porque Felix Slaught ya hizo un contrato con ella, donde posee su alma.
Es hora de que Metztli pida ayuda, pero no lo hará. Sin embargo, hay un individuo que puede leer su mente y darse cuenta a tiempo.
Desde el exterior, se les ve a los dos "amigos" Caminando y riendo en dirección al apartamento, con las bolsas del supermercado obtenidas. A pesar de su paciencia, las verdaderas intenciones del joven Slaught son averiguar si el fantasma de Metztli coincide con la persona por la que le habían preguntado hacia meses atrás en una sesión.
Félix brindaba servicio de tarot y demás como Metztli, la diferencia recaia en que su negocio era más ambulatorio, acercándose a cualquier persona en la calle para decirle sus verdades y obligarla a pagar. Pero de forma reciente tuvo una cliente que le preguntó sobre un sujeto al que habían asesinado. Que nadie debía saber sobre su estado, porque pertenecía a una cadena de televisión de la cual, no cubría el seguro en sus trabajadores. Si las personas se enteraran, comenzaría una demanda en contra de la cadena televisiva por ocultar un asesinato.
Felix aceptó la misión recibiendo tres objetos clave para su búsqueda: un guión de un show de televisión infantil, un bote de maquillaje rojo y un par de guantes amarillos.
¿Fue una coincidencia encontrarse a Metztli? Ciertamente no. Félix había hecho una búsqueda de los objetos con su péndulo y patrones desde semanas atrás. Todas las sombras apuntaban a la joven bruja a mitad del supermercado, teniendo la ropa del susodicho puesta.
Ahora necesitaba comprobarlo y confrontarlo.
La primera vista del apartamento de Metztli es de un lugar moderno para estar... Pero algo no cuadraba.
Félix toma las bolsas de Metztli para permitirle abrir la puerta con las llaves.
Es cuando el joven nigromante lo nota. La puerta tiene huellas de manos grandes arrastradas hacia abajo, de color rojizo. Al igual que la manija, le escurría un líquido rojo muy espeso. Demasiado fresco y reciente.
—¡Jack, llegué! —Grita Metztli de felicidad dejando las bolsas del supermercado en la entrada del apartamento.
