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Narrador Omnisciente.
En los planes de Luke Castellan nunca estuvo previsto enamorarse. Le costaba imaginarse así mismo con alguien, estaba demasiado ocupado planeando su venganza como para distraerse con ese tema.
Todo cambió una vez que conoció a Beatrix.
En la oscuridad de las noches mientras las estrellas brillaban solía recordar el momento en que la había visto por primera vez. La chica estaba inconsciente, tirada en el suelo mientras una furia se acercaba a ella con lentitud. Podía haberla ignorado y dejarla morir, no la conocía, no era nadie para él, pero no pudo, algo en ella hizo que blandiera su espada y decapitara a la bestia, e incluso, tuviera el decoro de llevarla a la enfermería.
Una vez escucho que Beatrix estaba despierta, la idea de pasar tiempo con ella fue tentadora, deseaba saber si manchar a Backbiter con sangre había valido la pena. Y si que lo hizo. Ella era diferente a las demás chicas que había conocido. Diferente a Thalía, y bastante, pero bastante diferente a Silena, quién se dejaba manipular muy fácil.
Muy pronto las cosas salieron de sus manos, y en un santiamén se dio cuenta de que tenía sentimientos hacía ella. Aunque no quería admitirlo el chico tenía miedo, cada vez que sentía algún tipo de afecto hacia una persona las cosas acostumbraban a salir mal.
Cronos ya había imaginado que algo así pasaría, el chico era un adolescente después de todo, pero no pudo negar que un agrio sabor se produjo en su boca cuando escuchó a Luke pedirle que reclutara a Beatrix. Obviamente se negó. Veía potencial en ella, sí, pero también veía a todos los olímpicos reflejados en su mirada. Beatrix había nacido para ser una guerrera, pero no una que lucharía a su lado.
— Él está bien — habló Luke acercándose a la hija de apolo, quién recostada por un árbol volteó a verlo sobre su hombro.
Luke elevó su mirada al árbol, el cual era el de Thalia. Hizo una mueca, pues siempre había creído que su mejor amiga y su novia se hubiesen llevado genial si llegaban a conocerse.
Beatrix levanto las comisuras de sus labios cuando sintió los brazos de Luke rodear su cintura y su barbilla colocarse en su hombro.
— ¿Estás enojada? — preguntó el castaño.
— No. Lo que pasó hace rato fue tonto. No te preocupes — respondió ella con tranquilidad.
Era mentira, no consideraba lo que paso hace rato tonto, pero Beatrix ya no quería seguir molestando al chico.
— Esta bien — murmuró Luke sonriente acercándose a besar su mejilla, cosa que hizo a la chica reír levemente ante las cosquillas de su tacto.
Esa risa. Aquél era el sonido que Luke quería escuchar por el resto de su vida.
— Deberíamos regresar al campamento — recomendó separándose y sujetando la mano de la pelirroja.
— No lo sé — dijo Bea con una mueca — Me preocupa Percy.
