Verano extraño II

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No entiende porque las túnicas de los magos son anticuadas como pesadas para caminar, por más que se mire en el espejo… Charity no le encuentra algo agradable para ver en el vestuario que le han enviado del ministerio en una etiqueta obligatoria que debe usar mientras ejerza en el tribunal supremo de justicia, Wizengamot.


Con la noticia del regreso de Voldemort, los juicios se han disparado… el nuevo ministro es implacable… y con el paquete entregado por terceros, Dumbledore, se da la bienvenida a nuevas responsabilidades empujadas en su vida…una nueva confirmación de su maldición.

Bajando sus hombros con resignación y una pequeña maldición a ciertos retratos, Burdage da un giro final sin cambiar en nada la forma de la túnica, pone sus manos en la cadera -Minerva tiene mejor gusto que esto-

-Suena como una ofensa, le estoy diciendo- un Weasley que se ha invitado a su pequeña “maleta” dice en un tono condescendiente desde donde sea esta sentado mirando el techo con aburrimiento.

Viéndole a través del espejo, la antes muggle no aceptara lo envidiosa que está por verlo ahí de vago cuando a ella le ha llegado una invocación formal a uno de los tantos juicios del wizengamot… el primero en donde actuara como representante de los fundadores - ¿No tienes una casa para estar? – muerde sin paciencia.

- ¿Te molesta mi presencia? – El pelirrojo levanta su mano fingiendo tocar su corazón, luego simplemente la deja caer en el suelo sin mirarle.

-Si no vas a ser de ayuda, si –

-Que crueldad-

Girando los ojos ante su comportamiento, cree que Bill simplemente está evitando estar el tiempo suficiente en la madriguera por cuestión de su madre y el problema que ha inventado entre ambos… si, ser una buena amiga ha comenzado a ser una carga… vuelve a mirar el espejo arrugando su nariz - ¿Tengo que vestir esto? - se queja de nuevo -El color ciruela no me va- murmura tomando con dos dedos el filo de la túnica -Y esta W bordada…- agita la parte izquierda donde se encuentra tan lustroso tejido -me siento como en un disfraz-

-No pensé que fueras tan quisquillosa con la ropa…-

- ¿De verdad? -

-Pasas la mayoría del día en pijama y la otra parte con ropa muggle…- esos ojos finalmente se levantan de la revista -Tus estilos no son muy de moda entre la comunidad mágica, por lo tanto, no te creía una persona que le importe su aspecto- le dice lentamente, como si tratara con una tonta.  

Volviendo a girar los ojos un tanto ofendida, la profesora se gira para agitar su varita, hacer que los pies del invasor caigan de donde los tenía recargados – Eres un grosero que no sabe distinguir entre la ropa muggle…- espeta con una sonrisa de mierda -Pero no eres el adecuado para decirlo, te recuerdo que…-

- ¡Solo fue una vez! - Bill infelizmente se endereza, torciendo la boca en un mal humor infantil.

- ¿De verdad? Te veía demasiado cómodo-

-Papá juro que era correcto- se encorva el mayor de esa casa de pelirrojos con vergüenza -Me arrepiento de haberte enseñado esa foto… contigo todo puede ser usado en mi contra-

-Que sensible… pero sigues volviendo, masoquista- canturrea descaradamente la antes muggle.

-Soy un excelente amigo, consejero y te recuerdo… cubro todas tus travesuras- le enumera el pelirrojo con arrogancia.

-Si, si, buen amigo- Charity alega sarcásticamente, volviendo su vista al espejo, de nuevo arruga su nariz en completo disgusto por verse obligada a disfrazar como uno de los tantos magos -Esto pesa… hace calor… se nota que se arruga demasiado rápido… dios, esta cosa es horrenda- vuelve a expresar, como si todo hiciera fácil el asunto.

La maldición de la muerte futuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora