Extra

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Yuji no puede sacarse a Satoru de encima después de eso.


Afortunadamente han mantenido todo bajo control, pero Yuji busca alejarse porque las conductas de Satoru resultan ser extrañas. Está siendo posesivo y territorial, tratándolo como una pareja de su propia especie. No habría problema, pero está comenzando a ver a sus amigos, que también son sus alumnos, como competencia.


No puede ni hablar con él, mucho menos a solas. Satoru le arranca las palabras de la boca cuando lo postra contra el escritorio o se encierra en los baños con él.


Es complicado para Yuji que Satoru esté obsesionado, y él está en una situación similar porque no sabe cómo controlar sus propios instintos, pues cede rápidamente a las demandas del leopardo y deja que haga lo que quiera con su cuerpo.


Tiene marcas de garras en los muslos, brazos; a veces la silueta de los dedos de Satoru está presente en su cuello.


Están comportándose como unos malditos animales, y es vergonzoso porque no pueden esconderlo. Yuji también ha dejado marcas en Satoru, aunque no son tan prominentes porque no tiene garras ni dientes afilados.


Durante clases, tanto Nobara como Megumi no se sientan a un lado suyo como antes. Quieren evitar la incomodidad de tener a su profesor gruñéndoles, y presenciar la manera en la que marca territorio: agachándose para lamer la nuca de Yuji, por ejemplo. Su acción deja en claro que, lo que está marcando en ese momento, es completamente suyo.


Es agobiante cuando reacciona. Yuji agita la cola, agacha las orejas y simplemente deja de funcionar. Una vez que su mirada conecta con la del leopardo, está rogándole con su simple expresión que quiere ser marcado otra vez de todas las formas que se le ocurran.


Por obvias razones, el director acaba ordenándoles que vayan con Shoko. No quiere que más personas alrededor del campus le sigan reclamando que escuchan ruidos raros en los salones vacíos, en rincones oscuros, o sitios sospechosamente convenientes.


Durante la consulta, quien más se muere de vergüenza es Yuji.


—¿Y esto desde cuándo se supone que comenzó? —pregunta Shoko, recargando la cabeza en su mano y usando el escritorio como apoyo para su codo.


—Hace más de un mes, creo —responde Yuji—. No llevo la cuenta...


—Yo no le veo nada de malo. No sé por qué estamos aquí —Satoru interfiere.


Shoko los mira de arriba abajo. Satoru tiene a Yuji sentado sobre sus piernas, y no parece querer soltarlo.


—Claro —Shoko mira a otro lado, desinteresada—. Es completamente normal evitar que Yuji conviva con personas de su edad por tus estúpidos caprichos.


Satoru bufa. Para él no se siente extraño porque quiere estar con Yuji todo el tiempo, tenerlo cerca de su rango de visión, y de ser posible, pegado a él.


Shoko suspira.


—Los leopardos como tú son territoriales por naturaleza, pero esto es exagerado —explica, levantándose de su asiento—. Ves a todo y a todos como una amenaza. Esto es un problema tuyo, Satoru. Si no controlas eso, Yuji reaccionará acorde.

Dark red | Goyuu [+18]Where stories live. Discover now