(10) Modales y etiqueta

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El vehículo continúa avanzando hasta la Académie de la Cour Royale, una prestigiosa academia de etiqueta en Luxemburgo. 

Después de una breve travesía, el coche se detiene frente a un elegante edificio de fachada clásica. Allí, un hombre alto y delgado, con el porte perfecto y una sonrisa amable, nos recibe en la entrada.

Bienvenue à l'Académie de la Cour Royale—dice con un acento francés perfecto—Soy el profesor Jean-Luc Beaumont, y será un honor guiarles en el arte de la etiqueta y los modales.

Mientras seguimos a Jean-Luc al interior del edificio, mis pensamientos se agolpan. ¿Podré acostumbrarme a estos modales tan estrictos?, Siento una ola de inseguridad. Temo no estar a la altura de lo que se espera de mí en este nuevo entorno. Ya he visto que la gente puede saltar y juzgarme por la mínima cosa.

Oliver, notando mi nerviosismo, se inclina hacia mí y susurra—No te preocupes, Layla. Al principio puede parecer abrumador, pero puedes tomártelo con calma. Estarás bien.

Sus palabras logran calmarme un poco. Es reconfortante saber que alguien aquí entiende por lo que estoy pasando. Además, me da esperanzas de que una vez me conozca mejor y nos entendamos mutuamente, pueda ver la verdad y llegar a aceptar todo lo de la apuesta con su hermana.

Entramos en una sala amplia y elegante, decorada con tapices y candelabros antiguos. Jean-Luc nos invita a sentarnos en un conjunto de sillas dispuestas en círculo.

—Hoy empezaremos con los fundamentos básicos de la etiqueta. No se preocupen, todos los grandes empezaron por aquí —dice el profesor con una sonrisa tranquilizadora.

Jean-Luc se disculpa un momento cuando alguien llama a la puerta.

Aisha se inclina hacia mí y susurra en voz baja—¿Debería esperar a que terminen? Creo que no debería hacer el curso, ya que no me corresponde como doncella.

—Eres libre de decidir si quieres hacerlo o no —le respondo suavemente—. Si quieres hacerlo porque te apetece, adelante. Nadie te juzgará.

Aisha sonríe levemente y asiente, mostrando que participará en la lección.

Nadie te juzgará...

Esas palabras se quedan grabadas en mi mente, resonando con una claridad inesperada. ¿De verdad nadie me juzgará aquí? En un entorno donde las apariencias y las primeras impresiones lo son todo, resulta difícil creerlo.

—Buenos días —dice un chico alto con un acento que no logro identificar del todo.

—¡Hola a todos! —saluda la chica pelirroja con entusiasmo.

Oliver se levanta y se acerca a ellos, sonriendo ampliamente—¡No puede ser! ¡Si son los mismísimos Liam y Sheila! ¿Qué hacéis aquí, chicos? No esperaba veros hasta el día del compromiso.

—¡Sorpresa! No podíamos esperar más para veros, así que decidimos adelantar nuestro viaje—responde con una carcajada el chico nuevo.

Sheila, la chica pelirroja, sonríe y añade con un toque de picardía en la voz—¡Además, quién puede resistirse a una noche de gala en Luxemburgo!

Gabriella, dejando caer su teléfono, corre a abrazar a la chica nueva con entusiasmo—¡Sheila! —exclama Gabriella mientras las dos se abrazan— ¡No sabes cuánto me alegra verte por aquí!

Observo la escena desde la distancia mientras una mezcla de emociones me invaden. Algo en mi interior se revuelve al ver la cercanía y la alegría que comparten, pero no puedo identificar exactamente qué es. Tal vez una sensación de estar fuera de lugar, o el anhelo de formar parte de un vínculo tan fuerte.

La Apuesta RealWhere stories live. Discover now