NOVENO LIBRO DE LA SAGA IMMERSED IN DARKNESS
"Antes no me importaba mucho si terminaba mis tareas y salía vivo o en una bolsa para cadáveres, pero ahora sí. ¿Cómo podría cuidar a mi chico si estoy muerto? La noche que me ató el pañuelo alrededor del...
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—Entra.
Cierro los ojos sólo un momento y agarro la manilla. Mientras conducía, mi cuerpo temblaba tanto que temía perder el control y chocar contra algo, pero una vez aparcado frente al edificio de arenisca de estilo italiano, me invadió una calma inusual. Era parecida a la tranquilidad que se siente justo después de una tormenta en el océano, cuando el aire sigue cargado de electricidad, pero el agua se convierte en cristal líquido. Así es como me siento ahora.
Por fuera, soy un sereno iceberg flotando sobre una superficie en calma, mientras que por debajo, una maldita corriente me está destrozando, pero estoy dispuesto a hacer lo que haga falta para garantizar la seguridad de mi hijo.
Abro la puerta de un empujón y entro en el despacho de Don Leone.
—Me sorprendí bastante cuando recibí la llamada de la caseta de vigilancia —dice Batista Leone sin levantar los ojos del libro de cuero que tiene delante—. He decidido casarte con Juyeon.
Mis zapatos negros chasquean contra el suelo de madera ornamentada cuando me acerco a su escritorio y tomo asiento en una silla de visitante colocada ante él. Dejo el bolso sobre mi regazo, saco el primero de varios papeles doblados e inclinándome hacia delante, lo dejo caer sobre el libro que él ha estado leyendo.
—Deberías preguntarme '¿qué puedo hacer por ti?' —sonrío y añado—: Batista.
Leone levanta la cabeza al oírme pronunciar su nombre.
—¡Cómo te atreves! —me ladra.
—Mira el documento antes de decir algo de lo que te arrepentirás.
Coge la copia impresa del contrato de inversión que él y mi padre firmaron con la Camorra y empieza a leer, con la cara cada vez más roja.
—Me pregunto, ¿qué diría la familia si viera esto? —vuelvo a meter la mano en el bolso y saco los siguientes papeles—. O tal vez estarían más interesados en la empresa fantasma que creaste, que también, tan "convenientemente", fue contratada para llevar a cabo todas las renovaciones de nuestros casinos. Y cobró el triple que por el trabajo realmente terminado. ¿Robando a la familia, Batista?
Leone me arranca de las manos el informe del investigador que lo expone como propietario de dicha empresa, y el color de su rostro se desvanece rápidamente.
—¿Y esto? —saco un montón de fotos. Una lo muestra besando a una mujer de la mitad de su edad. Otra es en blanco y negro y algo granulada, pero le muestra claramente tirándose a la misma mujer por detrás, dentro de una habitación de hotel.
—¿Follando con la mujer de nuestro mayor inversor? Tsk tsk tsk... No creo que Shindong se tome bien la noticia.
La cara de Leone es ahora de un enfermizo tono amarillo.
No tengo ni idea de cómo Minhee ha conseguido todo esto, y la verdad es que no me importa. En cuanto Juyeon me trajo los documentos, vine directamente aquí.
