CAPÍTULO 26

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DOS MESES DESPUÉS

Impresiones, carpetas y blocs de notas se extienden ante mí por toda la superficie de madera de roble de la enorme mesa de despacho de Batista

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Impresiones, carpetas y blocs de notas se extienden ante mí por toda la superficie de madera de roble de la enorme mesa de despacho de Batista.

Bueno, supongo que ahora es mío. Junto con los problemas que mi querido esposo causó mientras estuvo a cargo por un puñado de semanas: Contratos de alquiler de locales que no consiguió renovar. Contratos que debían ser revisados y firmados, y que ahora están muy atrasados. Y una horda de inversores enfadados respirándome en la nuca, exigiendo proyecciones de ingresos para el año siguiente. Todo un lío que Batista estaba deseando echarme encima para poder pasar la mayor parte del tiempo en uno de los clubes de striptease de la Familia.

El olor de los muebles viejos y el hedor de los cigarrillos impregnado en la tapicería y las cortinas es absolutamente nauseabundo. Hace poco más de un mes que nos casamos y me mudé a su casa; con todo el trabajo pendiente que se me ha echado encima, no he tenido tiempo de remodelar esta habitación, pero eso es algo que tendré que rectificar pronto.

Suena un fuerte golpe en la puerta de la biblioteca.

—Adelante —murmuro mientras mis ojos siguen deslizándose sobre los extractos de crédito que nos ha enviado nuestro banco.

Juyeon entra y toma asiento en la silla al otro lado del escritorio.

—Tenemos un problema.

—¿Han llamado más inversores para decir que no están contentos con cómo se manejan las finanzas de la Familia? —suspiro—. No creo que pueda tratar con ellos hoy.

—Encontramos un topo, Soobin.

Levanto la cabeza.

—¿Alguien ha estado hablando con las autoridades?

—Peor. Parece que uno de nuestros chicos de seguridad está en la nómina de Choi San.

Bajo los documentos. Los problemas con nuestras líneas de crédito parecen de repente un inconveniente menor.

—¿Estás seguro?

—Sí. Uno de mis hombres ha estado trabajando con él desde esta mañana. Empezó a cantar hace una hora.

—De acuerdo. Visitaré a Minhee y veré cómo quiere que lo manejemos.

—Sólo hay una manera de manejar esta situación, y Minhee te dirá lo mismo. De todos modos no podemos esperar hasta mañana, alguien le dijo a Eunhyuk que habíamos capturado a un traidor, y acaba de llegar a las instalaciones donde tenemos al tipo. Supongo que algunos de los capos, si no todos, también están de camino. Querrán ver personalmente cómo se resuelve este asunto.

Se me corta la respiración. El castigo para los que traicionan a la Familia es la muerte.

—Ve a despertar a Batista —le digo—. Y dile que tiene que ir a ocuparse de él.

Juyeon me sostiene la mirada y, aunque intenta no demostrarlo, puedo ver la preocupación en sus ojos. Y también lástima.

—Tienes que ser tú, Soobin.

Retrocedo tan bruscamente que mi silla de oficina rueda medio metro por el suelo.

—Batista es el Don. Ya que le gusta tanto desfilar y que la gente le bese la mano, por no hablar de su culo, por presumir de cómo arregló el cagadero que mi padre creó con la Camorra, debería ser él quien se cargara a la gente.

—Puede que el resto de la Familia no sepa que eres tú quien realmente lleva las riendas, pero los capos sí. Lograste pagar parte de la inversión de la Camorra en nuestros casinos, pero eso sólo los mantendrá a raya por poco tiempo. Los capos necesitan convencerse de que eres capaz de hacer lo necesario por el bien de la Familia.

—No voy a matar a nadie, Juyeon.

Apoya los codos en el escritorio, inclinándose hacia delante.

—Ha habido comentarios en voz baja entre los capos. Eunhyuk ha planteado la posibilidad de abrir un debate sobre el cambio de liderazgo en la próxima reunión. Si consideran a Batista inadecuado para el cargo y deciden expulsarlo, acabarás siendo un daño colateral —sus ojos recorren mi pecho y se detienen en mi estómago—. Todos creen que es el padre de tu bebé.

Mis manos vuelan inmediatamente para cubrir el bulto, ya bastante revelador, como si el mero hecho de acunarlo pudiera proteger a mi hijo de las cosas que Juyeon está insinuando. Pensé que si Batista reclamaba su paternidad protegería a mi hijo, pero eso sólo puede funcionar si él es el Don. Si Batista es expulsado de su trono, Minhee no podrá hacerse cargo. Nunca conseguiré mi libertad y, sin importar el sexo, mi hijo se enfrentará al destino que intento evitar: Si es un niño, tarde o temprano, alguien intentará matarlo.

Si es una niña, acabará casada con quién sabe quién y yo no podría hacer nada para evitarlo.

El horror me revuelve el estómago, su toxicidad se apodera de todo mi cuerpo.

«¿Cómo puedo acabar con la vida de un hombre? ¿Matar a alguien que no me ha hecho nada en concreto?»

Me agarro al reposabrazos y lo aprieto con tanta fuerza que se me ponen blancos los nudillos. Puede que ese hombre no me haya hecho nada directamente, pero es una amenaza para mi bebé. Respiro hondo, cojo el bolso y cruzo la habitación.

—Vámonos.

—¿A dónde?

—A donde sea que tengas al espía de San —susurro.

Haré lo que sea para asegurar que mi hijo esté a salvo. Si eso significa vender mi alma al diablo matando a un hombre, que así sea.

✨✨✨✨

Y aquí empieza el juego del gato y el ratón con San. O sea, cronológicamente, en este punto, estamos en la misma época que Inescapable Desires.

LETHAL LOVE | YEONBIN (TERMINADA)Where stories live. Discover now