Extra #1

79 6 0
                                    

12 de febrero del año 1975

Hace una semana Sirius se había ido, y para Regulus hasta ahora era una eternidad.

Se sentía solo, no tenía a nadie...

Se encontraba sentado en su cama con pensamientos horribles hasta que su mente se conectó con sus recuerdos y corrió a su librero.

Allí tenía múltiples libros, entre los cuales estába su favorito hasta el momento.

Era un libro Muggle que le había regalado Sirius en su cumpleaños número doce.

Busco con rapidez una página en especial y al encontrarla comenzó a leer a toda velocidad.

Una cuerda, un kilo de cocaína, jeringas con droga, cuchillas, pastillas y alcohol...

La cuerda que encontro era muy delgada, por lo que no sirvió, el polvo no le causó nada, las jeringas lo abrumaron aún más, y el vodka lo hizo sentirse un poquito bien.

Hasta que llegó la última idea.

Se metió en una tina con agua, cerró la puerta con pestillo para luego sumergirse en el agua caliente.

Su cuerpo se relajo, o fue así por unos momentos hasta que el chico agarró navajas y con fuerza rompió sus muñecas.

Pero no solo eso, también parte de sus piernas para que su cuerpo liberará mayor cantidad de sangre y llegar a una muerte espontánea.

La sangre corrió por sus brazos, tiñiendo el agua de color carmesí.

Comenzó a perder el conocimiento, y lo siguiente que supo fue que el caía en un vacío negro sin fin.

Se había liberado de todo dolor, al fin sería libre.

Se arrepintió.

¿Y que tal si Sirius volvía a por el?
¿Si Karim le decía que lo amaba?

Pero ya no habia vuelta atrás, solo le quedaba ver que había en el más allá.

•••

Barty llegó a la mansión Black con una sonrisa, saludo a todos los elfos que vio y subió las escaleras en busca de su mejor amigo.

Esos días Regulus se había sentido mal, por lo que ahora estaba dispuesto a ayudarlo viendo películas y comiendo palomitas, como en los viejos tiempos.

Al entrar en su habitación no se oía ni veía nadie.

Estaba desordenada, sus libros por todas partes, una cuerda rota, un kilogramo de un extraño polvo...

Sentía un mal presentimiento, y fue peor cuando escucho como el agua caía fuera de la tina.

Aporreo la puerta con fuerza, pero no se abrió.

Como no podía ocupar la barita por ser menor de edad empujó la puerta con su cuerpo, rompiendo la en el intento.

Al entrar agua con pequeños pigmentos rojos se expandió por el piso, y cuando vio de donde provenía el agua el cuerpo desnudo de su mejor amigo se encontraba unido hasta el fondo de la bañera.

De sus muñecas y piernas salía sangre sin control alguno.

Con rapidez lo tomo en brazos, y lo envolvió en una bata que encontró allí cerca.

—¡Ayuda!— comenzó a llamar a los elfos en busca de ayuda, pero como estos no llegaron cargo con el cuerpo inerte de su amigo hasta la puerta de la habitación, donde se encontraba Walburga con una cara inexpresiva.

Mi Vida #1 (Jegulus)Where stories live. Discover now