Capítulo veintidós.

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Hermione.
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Tenía la sensación de que parecía no importarle tan solo un poco a Emma. Tenía días esperando una respuesta, pero nada llegó, no sabía si yo era el problema o si tan vez dije algo que no debía o si todo en verdad comenzaba a verse como un error, ella es todo, menos un error.

Los rumores comenzaban a ser más fuertes y trataba de evitar esa conversación, hacían ver a esa persona como una cualquiera, en si, me hacían ver así a mi, tal vez sin saberlo por qué yo se que ni si quiera se les viene mi nombre  a la mente cuando hablan sobre Emma y su supuesta diversión. Pensaba mucho en si tan vez solo éramos diversión y no había sentimientos de por medio pero no puedo engañar a nadie, siento cosas por esa mujer.

Pensé que estaba deprimida, nada me hacía feliz o me hacía sentir mejor, sentía que estaba perdiendo la cabeza, sentía tanyo dolor de estómago cada vez que parecia verla. Ella nunca dijo nada.

Tal vez cometí un error al darle esa carta, o tal vez de fijarme en alguien que tenía no solo la imágen de ser inalcanzable, lo era, realmente lo era.

No sé si estoy cruzando alguna linea que me lleve al límite de mis sentimientos, nada parece ser buena o mala opción, nada está siendo de ayuda para mí.

La primera prueba de Harry es mañana  y tenía la esperanza de ver a Emma en el lugar, era familia de Harry y tenía que estar ahí.

Había pasado está mañana en el comedor con Ginny, me hablaba de lo preocupada que estaba por la amistad de Ron y Harry, cuando en ese momento vi llegar a Harry quien Me llevó fuera para dar un paseo. En los terrenos del colegio, mientras bordeabamos el lago, Harry me contó todo lo de los dragones y lo que había hablado con Sirius.

Estaba un poco sustada por las advertencias de Sirius sobre Karkarov, pensé que el problema más acuciante eran los dragones.

—Primero vamos a intentar que el martes por la tarde sigas vivo, y luego ya nos preocuparemos por Karkarov.

Dimos tres vueltas al lago, pensando cuál sería el encantamiento con el que se podría someter a un dragón. Pero, como no se nos ocurrió nada, fuimos a la biblioteca. Harry tomó todo lo que vió sobre dragones, y tanto el como yo nos  pusimos a buscar entre la alta pila de libros.

—«Embrujos para cortarles las uñas… Cómo curar la podredumbre de las escamas…» Esto no nos sirve: es para chiflados como Hagrid que lo que
quieren es cuidarlos…

—«Es extremadamente difícil matar a un dragón debido a la antigua magia que imbuye su gruesa piel, que nada excepto los encantamientos más
fuertes puede penetrar…» —leí—. ¡Pero Sirius dijo que había uno sencillo que valdría!

—Busquemos pues en los libros de encantamientos sencillos… —dijo Harry, apartando a un lado el Libro del amante de los dragones.

Volvió a la mesa con una pila de libros de hechizos y comenzó a hojearlos uno tras otro. 

—Bueno, están los encantamientos permutadores pero ¿para qué cambiarlos? A menos que le cambiaras los colmillos en gominolas o algo así, porque eso lo haría menos peligroso… El problema es que, como decía el otro libro, no es fácil penetrar la piel del dragón. Lo mejor sería transformarlo, pero, algo tan grande, me temo que no tienes ninguna posibilidad: dudo incluso que la profesora McGonagall fuera capaz… Pero tal vez podrías encantarte tú mismo. Tal vez para adquirir más poderes. Claro que no son hechizos sencillos, y no los hemos visto en clase; sólo los conozco por haber hecho algunos ejercicios preparatorios para el TIMO…

—Hermione —pidió Harry, exasperado—, ¿quieres callarte un momento, por favor? Trato de concentrarme.

Me sentí un poco mal al que Harry me callara, creí que podría haber ayudado en algo Pero a veces pienso que hablo de más y eso molesta o no viene al punto del que se está hablando.

Mire a lo lejos y lo que ví me disgustó, había estado acordándome con la mirada y no pude evitar exclamar mi disgusto.

—¡Oh, no!, aquí vuelve. ¿Por qué no puede leer en su barquito? —dije irritada cuando Viktor Krum entró con su andar desgarbado, les dirigió una hosca mirada y se sentó en un distante rincón con una pila delibros—. Vamos, Harry, volvamos a la sala común… El club de fans llegará dentro de un momento y no pararán de cotorrear…

Y, efectivamente, en el momento en que salímos de la biblioteca, entraba de puntillas un ruidoso grupo de chicas, una de ellas con una bufanda de Bulgaria atada a la cintura.

—¿Tan mal te cae Victor? — Harry preguntó burlonamente.

— Es un presumido y un acosador.

—¿Qué quieres decir?— lo miré molesta, creí que era obvio.

— Nada, Harry, solo vámonos.

Harry no preguntó más y me alegre por eso, nos fuimos a la sala común donde tratamos de seguir lo que ya habíamos empezado en la biblioteca.

(......)

Estaba sentada en el comedor hablando con Ginny, estaba tan concentrada en la conversación que no había notado la presencia de Emma hasta que se sentó en la mesa de Slytherin con.. ¡¿Pansy Parkinson?!, ¿Qué hacía con ella?.

Trataba de no mirar a la mesa y seguir concentrada a lo que me decía Ginny, fue inevitable no verla, estaba riéndose con ella y con el grupito de amigos de Pansy. Estaba por llegar a mi límite, de solo pensar que podría hacer lo mismo que hizo conmigo con ella, pero mi mente trataba de pensar en que no era tan perra para hacer eso.. ¿O si?. Estaba muriendo de celos.

—Entonces, ¿Creés que si hago eso pueda hacer que lo demás mejore?— la pregunta de Ginny me saco de mis pensamientos.

No tenía idea de lo que hablaba así que solo me límite a decir: —Si, creo que estaría bien, solo debes estar segura.

—Sabía que tú estaría de acuerdo — Ginny me sonreía y yo a ella aun que no tenía idea de lo que hablaba.

Mi mirada seguía puesta en ellas dos que no noté cuando Victor Krum entro a la sala común, pero está vez estaba solo. Se sentó a mi lado y eso sorprendió a los presentes en ese momento.

— Eh escuchado que posiblemente hagan un baile, ¿Te gustaría ir conmigo?— Sonreía y no podía negar que se veía atractivo pero no era quien quería ahora ahí mismo.

Mire de reojo a Emma y pude ver que también me estaba viendo, por su expresión pude saber que no le gustaba lo que veía, tenia las cejas fruncidas y los labios y los puños apretados.

Sonreí internamente '¿Cómo se siente eso, black?'

Mire a Victor y le sonreí.

—No llegas en un buen momento, si llega a ser verdad, vuelve a preguntar, ahí te daré mi respuesta.

Victor estuvo de acuerdo, se levantó y me agradeció, se fue después de eso.

Ginny no tardó en decirme que era la más suertuda pero estaba más ocupada viendo como Emma no me quitaba la mirada, ella estaba molesta.

Mi satisfacción se desvaneció en cuento ví que Pansy la abrazo, ¡¿Por qué la abrazaba?!, ví la sonrisa de Emma y cuando le correspondió el abrazo, los celos eran aún más fuertes. A Emma no le gusta el contacto físico.

Me levanté furiosa sin darle explicaciones a Ginny y me fuí del comedor.

Esto no se quedaría así, haría a Emma pagar.

Teacher's petWhere stories live. Discover now