Capítulo 28: Conociendo la historia

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Tirsa subió al estrado con confianza, dió un pequeño discurso de agradecimiento para después bajar con la elegancia que la caracteriza.
Larisa se sintió humillada por Tirsa, así que camino a paso veloz y llegó al lado de Tirsa, la cual en su último paso para bajar por completo la pequeña escalinata, Larisa le coloco el pie haciendo tropezar a Tirsa, y ella hubiera caído si no es por la rapidez de un hombre a su lado que la tomo por la cintura y rápidamente la ayudo a recobrar el equilibrio. Al levantar la vista Tirsa se encontró con Erick el cual la saludó familiarmente.

Ambos tomaron su asiento y presenciaron la pasarela dónde se exhibieron distintas casas de moda incluyendo "Casa Lewis"  . Tirsa miró atenta, mientras Desmond y Larisa no les quitaban los ojos a Tirsa y Erick.
El desfile terminó y siguieron con una recepción. De pronto Tirsa se separó de Erick y camino hacia el tocador. Tirsa hizo sus necesidades, salió del cubículo y se dispuso a lavarse las manos, al levantar la mirada vio a través del espejo a Desmond que estaba recargado en la puerta de un cubículo.

— Está noche te ves hermosa — dijo Desmond mientras camino hacia Tirsa.

— ¿Eso crees? — Tirsa se sonrojo ante el cumplido de Desmond.

— No solo yo... Tu eres la más hermosa de la velada. Ese vestido se te ve genial parece que fue hecho a tu medida— 

— Gracias, es muy lindo —

— Es un diseño exclusivo, es la joya de la próxima temporada. Mildred quiso que tú lo usarás está noche —

Tirsa lo miro con sorpresa, ya que ella creía que Mildred la odiaba. —¿Mildred? — pregunto con incredulidad.

— Si ella, tómalo como una disculpa —

Desmond no dijo nada más. Camino con pasos decididos, tomo a Tirsa por la cintura pegandola a el, subió su mano derecha a la nuca para después darle un beso cargado de pasión. Desmond ya no se podía detener, sus celos le hicieron perder la paciencia. Sus labios jugaban en un delicioso beso, sus cuerpos pedían más que no midieron sus caricias, Desmond pasaba sus manos sobre la tela y deseaba que no existiera esa barrera entre ellos dos.  Pronto un sonido los separo... el pomo de la puerta se giró he intentaron abrir la puerta pero el seguro lo impidió. Tirsa y Desmond se apartaron agitados, recuperaron el aliento, Tirsa se aliso el vestido mientras Desmond se ocultaba detrás de un cubículo.

— Sal tu primero mi niña — Desmond le sonrió.

Tirsa salió y no encontró a nadie fuera del baño así que camino hacia el salón cuando sintió un fuerte tirón de cabello.

— Maldita zorra ¿A qué veniste? — era Larisa la cual la arrinconó en la pared sin soltar el cabello de Tirsa — ¿Crees que ya ganaste con ese lindo vestido? Pues te equivocas, Desmond ahora me quiere a mi mientras tú eres pasado —

— Suéltame por favor Larisa — Tirsa intento calmar la situación pero fue en vano.

— ¿Que te suelte? No, no , no lo voy hacer, te gusta retarme... Pues te voy a enseñar a no retarme — Larisa comenzó a abofetear con mucha fuerza a Tirsa.

Desmond salia del baño acomodando su traje cuando vio semejante escena que lo horrorizo.

Desmond tomo a Larisa y la parto de Tirsa — ¿Que te pasa? ¿Estás loca? — Desmond estaba desconcertado. Dejo a Larisa y ayudo a Tirsa a reponerse cuando vio a Larisa acercarse con intenciones de seguir lastimando a Tirsa, Desmond fue más rápido y se interpuso entré las dos evitando que Larisa siguiera lastimando a Tirsa.

— Esa tonta me rompió el vestido — dijo Larisa mientras mostraba su vestido rasgado.

— Esa no es excusa para lastimar así a Tirsa — Larisa le dio una fuerte mirada a Desmond así que el la tomo del brazo — Anda ve al baño y arregla el desastre que eres y nos vemos en el salón — le dijo mientras le daba una mirada tierna.

El QUEBRANTO DE TIRSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora