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—Lo siento, Sunghoon, olvidé que debo comprar unas cosas —dijo Haerin cuando reconoció a Danielle, quien caminaba en dirección a su hermano, concentrada en su celular.

—Hae-noona, espera —replicó Sunghoon, pero Haerin ya se había ido.

—Hola, Sunghoon —saludó Danielle guardando sus audífonos y sonriéndole amistosamente.

—Hola, Danielle —respondió, rascándose la oreja nervioso.

—¿Estabas con alguien? Creí verte hablando con una chica antes de cruzar. ¿Acaso tu novia? —bromeó la de cabellos rizados.

Sunghoon hizo un gesto de horror. —No, era mi hermana.

—Ah, ya. Entonces, ¿pasamos al restaurante? —sugirió Danielle, pues tenía hambre y en la cafetería donde había estado con Wonyoung y Sunoo solo había ordenado un café con leche.

—Sí, después de ti —dijo Sunghoon, abriéndole la puerta al lujoso restaurante.

🥡

La reunión con Sunghoon había sido un éxito según Danielle; consideraba que tenía un nuevo amigo, aunque algo tímido.

También la de cabellos rizados estaba emocionada por llegar al aula de las tutorías y contarle lo sucedido con Wonyoung y Sunoo, a su amiga.

Después de todo, Haerin le dijo que podía contar con ella, ¿no? Simplemente le pediría su opinión.

—Buenos días, Haerin —saludó Danielle entrando con una brillante sonrisa.

—Días, alumna Mo —respondió Haerin desde su escritorio, con las gafas puestas y escribiendo algo en su computadora, sin prestarle atención, sin darle ninguna mirada.

—Oh, bien. ¿Qué tema veré hoy? —preguntó Danielle amablemente, atreviéndose a sentarse en el pupitre frente a Haerin.

—Está en el plan de estudios. Tómese el tiempo de leerlo y estudiar antes de venir a mis clases, alumna Mo.

La mirada fría que Haerin le dio a Danielle no le gustó.

—¿Por qué me hablas así? —cuestionó Danielle, acomodándose las gafas.

—¿Tiene algún problema con mi forma de enseñar, Mo JiHye?

Danielle cubrió su boca sorprendida. ¿Le había llamado como la primera vez que se conocieron?

—No, tutora Kang.

🦂

Hanni acomodaba unas sillas de la cafetería de la universidad mientras tarareaba una canción que había estado escuchando últimamente en la radio. La odiaba, pero no dejaba de cantarla en su mente.

—¿Por qué acomodas las sillas de la cafetería?

Hanni miró a Minji y se encogió de hombros; acomodar le ayudaba a reflexionar.

—Agiliza la mente.

—Ummm, ¿sabes algo de Hyein?

Hanni detuvo sus movimientos y la observó con detalle. Minji estaba apagada; su aura parecía no tener esa felicidad con la que siempre estaba.

—Ella se fue. Creo que es lo mejor —contó Hanni.

—¿A dónde?

—Me dijo que te dijera que lamenta haberte pegado y que era muy cobarde para ir a verte y pedirte disculpas personalmente. También me dijo que dejaras de llorar, que mereces sonreír para que otros puedan notar eso y enamorarse de ti—rió Hanni al decir lo último.

—¿Lo arruiné, cierto? —preguntó Minji, dejándose caer en una silla y recargando su mano en su mejilla.

—No te mentiré, debiste aceptar mi cita y no estarías aquí llorando.

—No me gustas, Hanni, lo siento.

—A mí tampoco; eres fea —mintió Hanni, sentándose en la silla frente a Minji.

—Sí, claro... entonces tú lo eres más —respondió Minji, levantándose para hacerle cosquillas a Hanni, que al ver las intenciones de la castaña se echó a correr entre las mesas de la cafetería vacía.

Y las risas no se hicieron esperar, curando un pequeño pedazo de un corazón fracturado.

❤️‍🩹

Danielle había terminado de anotar el ejemplo de polinomios que Haerin había explicado. La sensación de poder perder la confianza con Haerin no le gustaba.

—Es todo por hoy, alumna Mo, puede retirarse —dijo Haerin, quitándose las gafas para frotarse el puente de la nariz por la frustración. Le dolía la cabeza y aún le faltaba una junta que el director había convocado para avisar de los cambios en la academia debido a las fiestas de Navidad.

Danielle frunció el ceño y dijo: —¿Por qué me tratas así, Haerin?

La nombrada observó a Danielle, que tenía un gesto de molestia en su rostro.

—¿Así cómo Mo?—

—Así de chocante. Hablamos por la mañana... ¿Dije algo que te molestara? Ah, ya sé, ¿no debí mencionar mis gustos en libros, cierto? Agh, ya lo sabía, siempre sucede; cada vez que hablo de algo que me gusta, la gente se aleja de mí porque ¿quién querría ser amiga de una chica que disfruta más leer y ver una novela de amor que una de misterio o terror?

Haerin la interrumpió y dijo: —No me molesta saber de ti.

Danielle hizo un puchero; no comprendía por qué de repente Haerin la trataba de esa manera.

—»Además, no estoy molesta contigo, Danielle.

—¿Entonces con quién?

—Conmigo misma.

—¿Por qué? —preguntó Danielle, observando que Haerin se acercaba a ella. Los bonitos ojos de su tutora le miraban de una forma que hizo a su corazón latir más rápido.

"Porque no debería comenzar a sentir algo por ti", pensó Haerin.

—Estoy celosa.

Danielle desvió la mirada y soltó una risita. —¿De quién estás celosa?

—De mi hermano.

—Oh, y ¿por qué estás celosa?

—Porque él tuvo una cita con la persona que me gusta —murmuró Haerin lo último, pero Danielle lo escuchó y borró su sonrisa.

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Smart √daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora