Quince

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—¿Qué le pasa? —cuestionó Jeongin. Mirando por donde se fueron los amigos

Seungmin bufó, molestó por ser interrumpido y avergonzado por la situación. Jeongin volteó a verlo.

—En serio, ¿Estás bien? —se acercó preocupado de que se haya enfermado con una gripe de verano. Posó el dorso de su mano en la frente del mayor—. Tienes fiebre, Minnie.

Seungmin corrió la cara bruscamente, sobresaltando al niño de hoyuelos y ojos pequeños, quien hizo un pequeño puchero con tristeza.

Seungmin se arrepintió al instante. Su amigo no tenía la culpa de nada.

—Perdón, Nini —dijo comenzando a andar y pasando su brazo por los hombros del menor, también se quería ir del instituto—. Estoy bien, en serio.

—¿Y Chan?

Seungmin suspiró incómodo por la mención de su novio.

—En la panadería, pero necesito tu ayuda ahora, por favor

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—Creo que merezco una explicación.

Hyunjin suspiró mientras se baja del bus frente a su casa, con Jisung detrás,

—Yo creo que no hay nada que explicar —abrió la puerta principal del edificio, dejando pasar primero a Jisung—. Solo olvídalo, Hanji. Gracias.

—¡Ves! —exclamó Jisung berrinchudo—. ¡Ni sé por qué me agradeces!

Hyunjin rodó los ojos.

Jisung lo agarró de la muñeca para detenerlo y hacer que lo viera a la cara.

—Pero, Jisung —lloriqueó, también a punto de hacer un berrinche—. No entien-

—No, no lo hago. Lo haría si me explicaras

Hyunjin lo miró fijamente, analizándolo. Jisung estaba rojo, de molestia, obviamente. Sin embargo, se veía muy tierno con su ceño fruncido, cuál casi no se notaba por el cabello lacio castaño que caía grácilmente sobre su frente, y sus labios haciendo un pequeño mohín con rabia.

—Eres muy lindo, pero no más que Minnie —murmuró para sí mismo.

—¿Ah? Habla bien, hombre. No entendí.

—Soy un idiota —dijo siguiendo con su camino y montándose en el ascensor.

—Eso se sabía, pero no es algo tan malo —se montó tras él y marcó el piso de Hyunjin.

—Hijo de-

—Pero, oye —interrumpió alargando la última palabra—. ¿Por qué no me quieres decir? ¿Es algo muy malo? Te podría ayudar. No me gusta ser ignorante de las cosas —pronunció suavemente, disminuyendo cada vez más su tono de voz hasta llegar a la última palabra.

Estaba realmente preocupado, no quería ser dejado de lado por Hyunjin. Se sentía muy cómodo con él. ¿Acaso el otro no?

Luego de varios segundos en silencio, llegaron a su destino, el piso donde vive Hyunjin.

—Me gusta —dijo Hyunjin al salir del ascensor.

Jisung inclinó la cabeza con confusión, para después sonreír grandemente y seguirlo.

—¿El chico con quien estabas? —grito en un susurro, emocionado, logrando que sonará más como afirmación que como una pregunta.

—Sí —suspiró—, es algo así como... —hizo una pausa, pensando si en verdad iba a decirle a alguien su mayor secreto— ¿mi crush?

«Aunque igual, medio mundo debe saber que él me gusta desde el beso en la reunión. ¿No?»

Hyunjin evitó su mirada mientras abría la puerta de su casa con un puchero, un sonrojo rosa cubriendo sus mejillas, pasando el primero. Esperando que Jisung lo siguiera y cerrará la puerta. Pero volteó asustado al escuchar el chillido agudo de Jisung.

—¡Siempre quise ser parte de un romance escolar! —soltó sin pensarlo mucho.

Hyunjin lo miró con una ceja alzada, y rojo de vergüenza.

—Te volviste loco, esto no es un romance escolar —corrigió bufando, cerrando la puerta detrás de Jisung.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Qué pasó, pues? —insistió—. ¿Por qué cuando subí con ese niño estaban tan tiesos y sonrojados?

Hyunjin le ofreció un vaso lleno de agua en la cocina, con la esperanza de que se calle un poco. También agarró algunas galletas para comer en su habitación.

—No me sonroje.

—Si aja, solo estabas más rojo que nariz de payaso. O un semáforo en "pare". Normal —dijo con sarcasmo—. Ya, en serio. No hay nada de malo que te guste un chico, puede hablar de eso, no te juzgaré o algo así, es más-

—Tiene novio —interrumpió para callarlo—. Y es lindo, en todo sentido, ¿Ok?

» Ya no hablemos más del tema.

—Ah, ok... Mierda.

—Es más —continuó Hyunjin—. Los dos son lindísimos juntos.

—Ustedes también se veían lindos juntos —agregó Jisung por el gesto decaído del mayor.

«Al menos, cuando los encontré sonrojados, se veían lindos. Tenían la misma tonalidad de rojo... Eso es ser goals ¿Dónde has visto parejas con el mismo tono de rojo y al mismo tiempo antes? ¡Nunca!» Pensó Jisung mientras se acostó bocarriba en la cama de Hyunjin.

Hyunjin también se acostó después de dejar las galletas en su escritorio.

—Lo dices porque no conoces a Christopher.

—¿Tiene cabello castaño y ligeramente largo, pero no más que el tuyo, cara de obra de arte, de esas de la antigua Grecia delicadas y fascinantes, y dientes de conejo?

—¿Eh?... No —dijo con extrañeza—. Ese es Minho —Hyunjin recordó que Minho se fue diciendo que buscaría a quien más molestar. Frunció las cejas, molesto y se incorporó para mirar fijamente a Jisung—. ¿Ese idiota te hizo algo?

—¿Ah? —pronunció entre confundido y sorprendido, por inercia se sentó también, quedando ambos cara a cara—. No, nopi, nop.

—¿Nada raro ni molesto? —Jisung negó—. ¿Seguro, Hanji?

—Todo bien, Jin, calma.

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waos, waos.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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kisses & imperfections  [h.hj & k.sm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora