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Había que sincerar que el despertar al lado de una persona sumamente importante para ti, era una sensación que jamás habría creído experimentar, una sensación tan inmensamente magnífica que no deseaba que se fuera.

A través de la ventana, si así podría llamarse, JiMin  notó que aún el sol no salía. La oscuridad yacía aun lo que le indicó que probablemente aun podía ser la hora. Y debía ser honesto, no quería, no anhelaba cumplir su misión otorgada desde hace ya muchísimos años atrás. Pero debía, y él lo sabía porque finalmente estaba destinado a eso, destinado a un; no felices por siempre.

Desde niño sabía que aquello eran puras fantasías, cuentos simplemente escritos por una persona soñadora. Y ahora podía entender a esas personas, podía entender la necesidad de ser parte de un cuento con un final feliz.

No era su caso, lamentablemente.

JiMin miró una última vez a su lado, mirando con total detalle y dulzura el rostro adormitado del cabo Jeon, donde incluso tuvo que quitar un par de mechones de su frente, sonriendo ante su mirada perdida, deleitándose con aquel adorable ronquido que salía a pesar de tener la boca cerrada.

Inevitablemente se acercó, acariciando con el dorso de su mano la mejilla del pelinegro, quien accionando tragó saliva y le buscó con la mano para enrollarle la cintura, a lo que JiMin discretamente le retiró la mano, misma que besó y finalmente le cubrió con aquella única sabana, poniéndose de pie de aquella dura cama de madera.

Su cadera dolía, demasiado a decir verdad. Sería una noche única e inolvidable para él, sobre todo importante para su vida. Se había entregado a una persona que apreciaba y había compartido un momento tan íntimo como jamás creyó. Se quedaría con eso, con esos bellos recuerdos que vivamente floreaban en su ser.

Vistiéndose completamente con el uniforme de la legión, silenciosamente JiMin se dirigió por fin a la puerta de la habitación, aquella que con que cuidado abrió e inevitablemente miró sobre sus hombros, detallando por última vez aquel hermoso hombre dormido, a quien le permitió brindarle una sonrisa para por fin salir de la habitación, cerrando la misma a sus espaldas.

Al momento de hacerlo, soltó un agotador y cansado suspiro, comenzando a caminar en dirección al comedor, donde ante sus pasos se sorprendió el cómo una habitación se abrió de repente, haciéndole mirar a su dirección.

Pudo darse cuenta que se trataba de WonHo y SooBin, claramente vestidos con el uniforme de la legión.

—Creo que es evidente lo que se hará —JiMin musitó lo más bajo que pudo, a lo que el par se miraron entre sí, asintiendo con la cabeza —, andando.

Continuó el paso, donde WonHo y SooBin miraron una última vez al pasillo, rectificándose de que nadie les viese o en todo caso, siguiese a donde ellos. JiMin continuó hasta llegar al comedor pero sólo para mirar a ambos sobre sus hombros, quienes se detuvieron, adivinando lo próximo.

—El haber descubierto gracias a mis recuerdos que ustedes fueron las mismísimas personas que acabaron con mi hogar y no nada más eso… —JiMin empuñó las manos, las venas resaltándose al instante en cuento recordó —, con la vida de mi madre y muchas vidas más, me dan ganas de decirle a la legión quiénes verdaderamente son y que los fusilen de una maldita vez —bramó con completa honestidad, a lo que ellos bajaron la mirada completamente comprensibles —, pero… —JiMin volvió la mirada al frente, soltando un jadeo completamente resignado —, ahora entiendo que debían hacerlo para finalizar con esto, ¿no es así? Así como lo que haremos a continuación.

—El tener contacto con Hyuna te hizo adquirir los recuerdos —SooBin dijo, a lo que JiMin asintió sin mirarle —, debo sincerar que jamás creí que pudieses contra ella. Siendo uno de los mejores titanes fue sorprendente que terminases con ella.

꧁𝐓𝐢𝐭𝐚𝐧𝐬 [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧] ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora