SEGUNDA PARTE Capítulo 17: Ancla

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[ Marzo 1926 Puerto de los Ángeles]

-No soporto ser la niñera de los Gojo-Mei Mei sostenía una mirada incrédula mientras Satoru se acercaba a ella bajando por la rampa donde estaban todos los pasajeros que salían del barco.Con una maleta en mano,un sombrero y un traje negro y gris.

-Parece que el viento de las Américas cambia a las personas Mei Mei¿Cuánto tiempo?

-Hacia años que no se me cruzaba un hechicero japonés.En serio estás causando muchos problemas.Tu mejor amigo vino antes.Si no hubiera estado ocupada con los asuntos de mi padre lo hubiese ayudando.

-Ya no es necesario, él ya cumplió su cometido.

-Vienes a...

-Si-la interrumpió - vine a buscarla.Prometo devolverte tres veces todos los sobornos que has tenido que pagar en inmigración por mí y por Geto.

-Más te vale.No hago favores gratis y menos ahora que están intentado contener la llegada de japoneses.Aún así me parece una tontería andar cruzando el mar por cuestiones amorosas y más en estos tiempos.Sabes que no entiendo bien temas que no tengan que ver con dinero.

-Lo sé pero a lo mejor puede que este problema se traduzca a tus términos.Mi padre pagó por ella 40 mil yenes.

- ¿En serio? Vaya, ahora entiendo.¿Eso vale el vientre de una hechicera?.No tenía ni idea.

-Ayudame a encontrarme con Geto.Y tratemos de ver esto cuanto antes.

-Acabas de bajar de un viaje de 14 días.¿No vas a descansar? Según tengo entendido nunca haz visitado este país.

- Sabes que soy muy japonés, tengo poco interés por esta clase de lugares ruidosos , además, llevo esperando demasiado tiempo, no solo 14 días.

En una casa de alquiler bien mundana de California, Satoru encontró a Geto.Estaba escribiendo deliberadamente y revisando libros.

- Siempre estudiando, siempre metódico.-Satoru entró con una risa burlona

-¡Satoru!

-Estoy aquí.Estas pendiendo el toque.¿No sentiste mi energía maldita?

El visitante se sentó en la silla al lado de Geto y se quitó el sombrero.

-Estaba concentrado estudiando idiota.Y tú ya eres todo un americano con eso de entrar sin avisar.

Geto se había reunido con Utahime hacía tres semanas y se sorprendió de que el regreso de su amigo fuese tan pronto:

-No tengo idea de como llegaste tan rápido.

-Estaba en el barco solo un día después de que llegara tu carta. Dime : ¿cómo están?¿cómo está ella?

-Utahime no quiere verte ni en pintura.

-Eso pensaba.¿Y mi hijo?-no pudo disimular su cara triste.

Geto sonrió de pronto.

-Tu hijo hizo que dos mujeres dejaran su vida completa atrás y se metieran en el gran problema de adaptarse a este país.Cuando lo ves, te das cuenta porque : hasta yo dejaría todo atrás por ese pequeño.

Gojo sonrió pero su pequeña risa se convirtió en un llanto silencioso.Ocultaba su rosto tras sus manos encajando los codos en la mesa donde estaban sentados ambos.Es más fácil llorar en las habitaciones con decorado occidental, aquí no se debía sentir sereno.Tal vez el mar había roto sus emociones.Estaba cerca, los tenía cerca .Geto le puso la mano en la espalda.

-Amigo.Están bien.Estuvieron bien.Utahime es una mujer testaruda y valiente, literal me hizo hacer un voto vinculante con ella y aunque no tuviera la más minima posibilidad sabía que si me acercaba a su hijo iba a intentar matarme.Escogiste bien por un solo momento en tu vida.

Gojo se limpió las lágrima y miró hacia arriba.Con sus ojos podía ver claramente el cielo, como si el techo no existiera.

-Yo no la escogí, fue mi padre y eso es vergonzoso.

-Si.Lo es.

-¿Y Shoko?

-Nosotros teníamos poco que sanjar.Ella sigue incrédula.Ya sabes.Dejemos eso para después que todavía tengo temas que tratar en este país.Tampoco es que todo fuese fácil.

-Parece que el amor no es sencillo para un hechicero.

-Para nada.-río Geto-Por cierto, Shoko trabajaba para Mei Mei.

-¿Qué?

-El mundo es realmente pequeño.

Gojo repensó y volvió a preguntar:

-¿Le contaste todo?

-No todo, lo de tu padre no se lo conté.Aunque en éstos momentos me vale poco la verdad.

Utahime estaba sumida en sus pensamientos, Shoko a su lado la miraba a fijamente.Geto se había ofrecido a cuidar de ellas monetariamente y a pesar de que la primera semana se negó, Mei Mei intervino: "No voy a dejar que la esposa de un hechicero me lave la ropa: es bien vergonzoso .Solo descansa y deja que te cuiden.Si no cedes tendré que despedirte" .Y así lo hizo.

-Se supone que Gojo arribaría hoy.-murmuró Shoko

-Lo sé.

-Debe estar reunido con Suguro en estos momentos.

-Eso pensé- respondió Utahime

-Utahime....¿qué harás?

-Ni idea.Pero si algo tengo claro es que no puedo volver a confiar en él.No puedo.

-Mmm

-Me alegro que tú y Suguro pudieran reunirse.

-Ese Suguru...-Shoko no podía evitar sonrojarse.

-Todavía no me contaste que te dijo.

-Es que aún no estoy preparada para expresar lo que me hizo sentir.

-No te preocupes, con saber que estás feliz me basta.

-Utahime...

-¿Jum?

-No huyas de la felicidad, prométeme que no lo harás.

-No entiendo que quieres decir.

-Tu sabes.Pasé muros de vergüenza para poder llegar a Suguru, cuando logré atravesarlos me di cuenta que todos estaban en mi mente.Nos fuimos de Japón para proteger a tu hijo, y eso antes incluía alejarlo de Satoru.Si por alguna casualidad de pronto eso deja de incluirlo a él, entonces lo que hicimos sigue teniendo sentido.Porque su familia y la de su esposa estaban en complot.

-Aún así me cuesta creer que Gojo no supiera.

-Si.A mí también.....

Gojo estaba nervioso esa mañana del tercer día luego de su llegada y Mei Mei le había prestado una de sus oficinas . Quería que fuese de ese modo , pues un hotel no le iba a gustar para nada a Utahime.Lo que más lo enojaba era tener que utilizar guardaespaldas, como si no pudiera destruir la ciudad con un chasquido de sus dedos.Mei insistió "Estás en América , aquí hay mucho desorden y pocas reglas.A mi padre quieren matarlo varios así que usa guardaespaldas y no lances un púrpura a menos que sea necesario.Tus poderes son un peligro para ti.No los muestres".

No podía estar sentado mientras esperaba, caminaba de un lado a otro.En ese momento sintió una voz preguntando en la entrada donde estaban sus guardaespaldas custodiando.Esa voz que tan bien conocía mencionado su nombre : su vida iba a volcarse otra vez y él lo sabía muy bien.

Linaje del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora