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El cielo de sábado por la noche estaba despejado, con estrellas brillando como pequeñas joyas esparcidas por el firmamento. Las luces de la ciudad creaban un contraste mágico, iluminando las calles y los corazones de aquellos que se dirigían a la gran fiesta de cumpleaños de Sung Hanbin. Posiblemente sedientos de algo más que simple compañía y conversaciones; era bien sabido que Hanbin solía dar las mejores fiestas en su cumpleaños, por eso nadie procuraba faltar, incluso si no estaban invitados. En aquella casa, ubicada en uno de los mejores vecindarios de la ciudad, la música y las risas llenaban el aire, mientras los invitados llegaban uno tras otro.

Hanbin se encontraba con Jiwoong y Gyuvin, mostrándose quizás un poco ansioso, porque de entre todas las personas, al único que deseaba ver, aún no llegaba. Suspiró un tanto nervioso, jugueteando con los dedos de sus manos; con una sonrisa radiante en su rostro, saludó a cada persona que se acercaba para desearle un feliz cumpleaños. Su corazón latió con fuerza cuando a la distancia pudo distinguir a un precioso chico que sonreía divertido mientras saludaba a algunas personas. Era increíble, pero sin importar el lugar donde se encontraba, Zhang Hao siempre conseguía ser el centro de atención. Detrás de él caminaba Ricky, quién rápidamente fue atrapado por los brazos de Seunghan, del mismo modo, Jiwoong hizo lo mismo con Seok Matthew, dejando a Yujin del brazo de Hao. Se extrañó mucho cuando se giró para ver a Gyuvin, sin embargo, éste no se movió ni siquiera para saludar. 

―Perdón por llegar tarde, pero lo mejor siempre se hace esperar ―. Bromeó, sacándole una sonrisa a su ahora novio ―. Feliz cumpleaños, acosador ―. Zhang Hao, entregó un pequeño regalo que llevaba en manos. 

Hanbin negó como si aquel chico no tuviese remedio y recibió el obsequio sintiendo un cosquilleo en su estómago. Mordió su labio inferior para ocultar su emoción, sin embargo fue muy tarde porque Hao ya lo había visto. 

―No vas a dejar de llamarme así ¿Verdad? ―. Preguntó entre divertido y quejumbroso, a lo que su novio simplemente negó ―. Gracias por el obsequio, Zhang. Gracias, Hao. Estoy feliz de que estés aquí.

―Por favor, no sigan siendo tan cursi, voy a vomitar en este momento ―. Yujin interrumpió el momento intimo entre ellos, fingiendo arcadas ―. Iré a buscar a Sir Anton ¿Lo han visto? 

―Estaba en la mesa de bebidas junto con Eunseok y Sungchan. 

Yujin asintió, sin embargo, no pasó desapercibido a aquel chico que parecía estar escondiéndose de él. Sintió un pequeño dolor en su pecho, pero se regañó a sí mismo y negó para sí mismo tratando de despejar su mente. Él era quien había perdido, no Yujin. Miró una vez más a Hao, notando como éste y su novio lo observaron con cierta preocupación. Yujin soltó una pequeña risa al verlos actuar como verdaderos padres. Se despidió y finalmente se fue a buscar a Anton. Del mismo modo, Kim Gyuvin despareció segundos después, dejando a Hanbin y a Zhang Hao con una sensación extraña. 

―¿Ellos están bien? ―. Preguntó. 

―Tu amigo rechazó a Yuyu y ahora no se dirigen la palabra ―. Respondió Hao ―. Es un idiota, con toda la intención de ofenderlo, mi amor. 

Hanbin soltó una carcajada y negó como si su novio no tuviese remedio. 

―No insultes a mis amigos. 

Hao levantó sus hombros con relajo y se acercó un poco más al chico para rodear su cintura y apoyar su cabeza en su pecho. Tenía muchas ganas de poder abrazarlo, besarlo y bailar con él toda la noche si era posible. Se apartaron un poco, solo para mirarse a los ojos. La conexión entre ellos era tan autentica, era como una chispa que no se apagaba, sin importar cuántas veces intentaron negar lo obvio. Estaban derretidos el uno por el otro desde el instante en el que se conocieron. 

School Days » ZB1 & RIIZEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora