Tiempo de descanso, Parte 2

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En la casa de la playa...

Amanecía el tercer día desde que llegaron a la isla. Fuutarou se levantó temprano ya que según el horario asignado a él le tocaba limpiar hoy en la sala y la cocina en la mañana, así que salió tratando de no hacer ruido para no despertar a su primo o a alguno de los otros.

A pesar de que desde que llegó no había ido a la playa, después de la cena del primer día los chicos lo convencieron de ir a la sala de juegos en el sótano. Había incluso mesas de casino con todo y fichas para jugar, y siendo sincero no pudo resistirse. Pasaron un par de horas jugando con las cartas, y le fue tan bien que casi lamentó no haber apostado con dinero real. Por otra parte, si sus padres llegaban a enterarse podrían enfadarse con él, y tampoco quería dejar arruinados a sus amigos y a su primo.

Pero durante el resto del día, se la pasaba enfrascado estudiando, aunque fuese sólo para mantener su mente ocupada, y lejos de... otros pensamientos.

– ¿Hmm? – Cuando bajó, se percató que ya había alguien limpiando. Una figura correteaba de un lado al otro con un trapeador mientras tarareaba una canción que él no conocía, y con una pañoleta verde en la cabeza. – ¿Yotsuba?

– Ah, buenos días, Uesugi-san. – lo saludó. – Ten cuidado al pisar, todavía está resbaloso.

– ¿Qué haces limpiando? – preguntó el chico. – ¿No se supone que hoy me tocaba a mí?

– Jeje, pensé que si lo hacía por ti tendrías más tiempo para estudiar, y con eso terminabas antes. – dijo ella con su típica sonrisa dentuda.

Fuutarou la miró extrañado. Aun así, sonrió con gratitud. Se dirigió al refrigerador, se sirvió un poco de leche y tras tomar algunos de los sándwiches que sobraron de la cena de anoche, los metió en el microondas para calentarlos. Fue a sentarse en el sillón para empezar a comer y vio como Yotsuba continuaba limpiando alrededor alegremente.

Si era sincero, se sentía un poco culpable de dejar que ella hiciera el trabajo que se suponía que era para él. Aunque en parte también se debía a que él quería mantenerse ocupado pensando en otras cosas, y si terminaba antes con sus deberes de la escuela, tal vez luego se le haría más difícil distraer su mente.

Como los demás todavía estaban dormidos, Fuutarou de pronto tomó conciencia de que, técnicamente, él y Yotsuba se encontraban solos en esa sala. En teoría, parecía un escenario perfecto para un acercamiento entre los dos. Podría decirle que hicieran algo, ponerse a conversar o cualquier cosa, pero no sabía si era lo correcto.

– "Dije que le daría tiempo." – pensó. – "Hasta que estuviera lista para intentarlo."

A pesar de que en las últimas semanas Yotsuba parecía estar volviendo a ser la de siempre, y que no había secuelas aparentes luego de lo que sucedió en el viaje de Kioto, Fuutarou no podía evitar preguntarse si realmente se encontraba bien por dentro. La chica era bastante buena ocultando su dolor detrás de una sonrisa, y no quería hacer ningún movimiento si ella todavía no estaba preparada.

Buscando algo más en que distraerse, cogió su teléfono y lo encendió (lo había tenido apagado ayer todo el día para evitar interrupciones), y se llevó una sorpresa al darse cuenta que tenía un montón de mensajes de Raiha, que ya había empezado su campamento de verano. Le había enviado varias fotos donde salía con sus amigos haciendo distintas actividades. El chico sonrió al ver que su pequeña hermana no estaba desperdiciando su tiempo.

– Oh, ¿mensajes de Raiha-chan? – Yotsuba se le había acercado a mirar por encima del hombro. El chico dio un respingo al tenerla tan cerca, pero mantuvo la compostura y sólo se alejó un poco para cubrir apariencias.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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