Noa se levantó mas temprano de lo usual, ni siquiera el sol comenzaba a salir cuando se despertó y se apresuró a cumplir sus deberes como líder del clan, quería irse de su torre lo antes posible, estaba confundido y...asustado, desde que había traído de regreso a Mae su corazón era una tormenta, no podía dejar de pensar en ella, de mirar sus curvas ocultas bajo la ropa, de respirar discretamente su aroma, de observar la suavidad de su piel. Pero ella era una eco, una eco y una traidora, esa clase de sentimientos y pensamientos eran incorrectos.
—¿A dónde vas?—Noa se giró sobresaltado, encontrándose con Mae, que lo observaba con la cabeza ladeada curiosa. Noa se sobresaltó no se había percatado de su presencia detrás de él, pero mantuvo su fachada.
—Voy a salir. Necesito ir a... hacer algo—Evitaba hacer contacto visual con ella en lo posible. Su corazón palpitaba con fuerza, pero se negaba a reconocer por qué
—¿Ahora? —Mae miro el cielo—A un es de noche, faltan un par de horas para el amanecer—Noa se encogió de hombros, con los puños apretados a sus espaldas.
—Es justo lo que necesitaba. Ir antes de que todos despierten, para tomar... aire fresco—Era una excusa pobre, y lo sabía, pero se aferraba desesperadamente a mantener su tono y expresión indiferentes. Mae lo miro, abrazándose a si misma, perder la manta había sido un gran error, el frío le afectaba muchísimo.
—¿Seguro? Puede ser peligroso—dijo con sus dientes rechinando por el frío de la madrugada. Noa apretó la mandíbula, luchando contra su instinto de envolverla con la manta o algo mas para calentarla. No le agradaba verla temblar, pero mantuvo su distancia
—Estoy bien. No es tan peligroso—Aclaró su garganta, tratando de quitarse la imagen de ella temblando del pensamiento. ¿Por qué se preocupaba por lo que le pasaba a ella?
—¿Irás solo? —Cada vez el temblar de Mae era peor, el simio temió que se rompiera en pedazos. Noa tuvo que contenerse ante el tono suplicante de su voz. El instinto lo impulsaba a envolverla con toda su calidez y protección para evitar que temblara como una hoja en el viento.
—Sí. Solo...—Se mordió la lengua, pero rápidamente agregó—Pero... Puedes acompañarme si tu lo deseas—El rostro de la eco se iluminó, pero al intentar dar un paso se estremeció mas.
—¿Siempre hace tanto frío aquí o es por que casi llega el invierno? —Cerro los ojos, temblorosa, quería volver a su cama, pero ni siquiera estando cerca de la fogata el frío cesaba, no por completo. Noa frunció el ceño, viendo como intentaba calentarse con sus propios brazos, pero apenas pudo sofocar el impulso de envolverla entre los suyos.
—Está cerca del invierno... Pero no es común que haga tanto frío...—Una parte de él se regocijó ante la oportunidad de ofrecerse a calentarla. Se quedó callado por un momento y luego agregó con un tono indiferente—¿Tienes frío?
—Un poco—mintió, sentía como si su piel se hubiera congelado—No soy tan tolerante al frío, no tengo un pelaje como tu.
Noa arqueó una ceja ante su mentira. Estaba al tanto de cuánto frío pasaba la eco. Estaba claro como el agua a su alrededor, el frío que tenía. Su corazón se apretó, pero tuvo que seguir luchando contra el instinto y la respuesta física que su cuerpo tenía por ese frío. Y a un mas cuando notó cómo intentaba calentarse los brazos con las manos...
—Claro. ¿Por qué los humanos tuvieron que perder su pelaje?
—Nunca tuvimos—comenzó a explicar la chica, recordando las lecciones que le dieron en el bunker, sobre la historia de la humanidad, pero no le gustaba esa parte, esa parte en la que ahora estaban casi todos los de su especie, esa parte donde eran tan primitivos como lo fueron alguna vez los simios—al menos no durante gran parte de nuestra existencia—Mae dio un paso atrás, pensando seriamente en regresar a la cama que Noa hizo para ella, pero no quería dejarlo solo—¿Por qué necesitas ir a tomar aire fresco a estas horas? ¿Es por ser líder?—Sabía que liderar algo era difícil, el joven simio debía estársela pasando mal, no lo juzgaba si terminaba abrumado. Noa se quedó en silencio unos momentos, pensando en cómo responder. Se pasó la mano por la frente y exhaló un suspiro, pero mantuvo la distancia, incluso cuando la vio dar un paso atrás aunque todo su cuerpo gritaba que la abrazara.

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Corazón Desesperado (Noa x Mae, si, soy una degenerada)
FanfictionNoa era el nuevo líder del clan de los Águilas, tras liberar a su clan de las garras de Proximus César, se ve obligado a tomar el liderazgo de su tribu, pero aunque todo ahora está bien el joven simio no puede dejar de pensar en Mae, la bella human...