8. 𝕸𝖎𝖊𝖉𝖔 𝖞 𝖛𝖊𝖗𝖌𝖚̈𝖊𝖓𝖟𝖆

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Sabe que tiene poco tiempo, está nerviosa y no puede saber cómo reaccionará su hermano, pero tiene que avanzar en su plan

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Sabe que tiene poco tiempo, está nerviosa y no puede saber cómo reaccionará su hermano, pero tiene que avanzar en su plan. Debe mostrarse y darle la confianza a Aegon para que haga lo mismo y así poder acallar los rumores que estiman que se oirán luego del encuentro.

No hará nada de lo que sabe que se va a arrepentir, por más qué sea su deber, el sigue siendo un niño y no hay nada que pueda suceder que lo haga verlo de otra manera.

—Quítate la ropa —La voz se escucha profunda y lejana, su hermana lo observa con sus preciosos ojos claros que coronan su rostro pacífico.

—¿Qué? —Atina a soltar, siente el calor subiendo por su cuerpo hasta llegar a sus orejas, sabe que está totalmente colorado y eso lo avergüenza aún más. Ante la sorpresa y falta de respuesta, comienza a desabrochar su jubón mientras la ve luchar con su propio vestido.

Rhaenyra tira de los cordones de su corset para poder soltar sus ropajes, no le cuesta tanto aunque no está acostumbrada a hacerlo sola, y cuando alza la vista ve a su hermano solo con la camisola interna. Cuando ambos quedan en igual de condiciones es que ella se acerca y estira su mano en busca de que él la tome.

Lo guía hasta la cama, corre el dosel y lo invita a sentarse. Ella se quita la última prenda, Aegon gira la vista cuando la ve completamente desnuda.

—Dime qué ves —el muchacho duda y comienza a tartamudear intentando dejar de mirar su cuerpo— debes ser específico.

—Hay una marca.

—¿Dónde?

—Bajo tu pecho derecho...—Rhaenyra asiente, hace un gesto con la mano para que continúe—y tienes una herida muy larga en la cadera.

Su hermana voltea, dándole una imagen que posiblemente no se podrá sacar de la cabeza, observa su pequeña cintura contrastar con sus anchas caderas.

—¿Qué te pasó? —Ella no contesta, sus ojos clavados en un punto fijo atravesando la habitación—una herida larga a través de la espalda.

—Bien, eso es todo —Se acerca a donde estaba su camisa y la toma pero no se la pone, le señala su lugar anterior y Aegon se pone de pie, se quita la camisola igual que ella había hecho. Rhaenyra se mantiene impasible, no era la primera vez que veía un hombre desnudo y que sea un niño no le generaba más que bastante incomodidad— Bien, pareces tener una marca de nacimiento en el muslo derecho, y dos cicatrices pequeñas en las costillas. —Su hermano no voltea—¿No tienes nada más característico?

Aegon niega, ella se para y se pone detrás de él, siente sus ojos penetrantes en su cuerpo, pero guarda silencio. Nunca se había sentido tan incómodo. No pensó que la primera vez que estarían desnudos sería así, había sido informado sobre el encamamiento y no era de ese modo.

—Vístete —susurra Rhaenyra mientras vuelve a su sitio en la cama, el muchacho se pone los pantalones con confusión, no puede evitar quedarse tieso en el lugar, aguardando por indicaciones—Recuéstate en la cama conmigo.

OPORTUNIDAD ||Rhaegon|| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora