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Diana estaba en la atalaya leyendo los infórmenes de la última misión que había tenido, entre el incesante sonido de tecleo y las conversaciones sin sentido de varios de sus colegas super héroes, ella se permitió suspirar.

Estaba aburrida, no la mal entiendan amaba ayudar a las personas, defender su planeta de los peligros que el universo conllevaba y de ves en cuando pelear contra los males que las infinidades de tierras y universos paralelos tenía.

Pero, aún con todo eso, ella estaba aburrida de su propia vida, monótona y carente de emociones.

Y no se refería a las emociones que le provocaban las batallas por el bien de la justicia, ella se refería más a una emoción más hogareña, una que solo con el afecto de una pareja y tal vez un hijo o hija se podría obtener.

No es que Diana, la Mujer Maravilla, hubiese estado libre de las relaciones, había tenido varias parejas, entre los hombre, los más conocidos habían sido el soldado Steve Trevor, Superman y Batman.

Pero uno de ellos había muerto y los otros dos se habían dado cuenta después de años y años de compañerismo y relaciones amorosas que terminaron mal, que ambos se gustaban.

Diana se hizo a la sorprendida cuando se lo contaron y les deseo lo mejor con su nueva familia, conformada por dos clones del super hombre con Lex Luthor, los hijos adoptivos de Bruce y el pequeño Jonathan Kent que estaba bajo la custodia de Clark por que la ley humana consideraba a Lois no apta para el cuidado del menor.

Eso la dejaba sola y con el anhelo de su propia familia, más ahora que Superman se la pasaba presumiendo las fotos de Batman a medio despertar con medio mundo.

-Diana, no te vez muy animada el día de hoy

Dina se sentó en la consola distrayendola de su trabajo, la amazona le regalo una sonrisa leve a su rubia amiga y procedió a contarle sobre sus pensamientos.

- y que hay de Cassandra? No la ves como a una hija?

-es diferente con ella, Cassy es más una sobrina que una hija en si, Lennox y Helena son sus padres y eso nunca cambiará, a lo que yo me refiero es al hecho de que quiero mi propia familia, una pareja y si los dioses me lo permiten un hijo o hija - comento apoyando su menton sobre su mano

-pensé que las Amazonas nacían de la arcilla, no puedes hacer lo mismo para tener una hija?

-jaja no, ese fue mi nacimiento, fui la única niña nacida después de que Hera nos guió hasta Temiscira, el resto de las Amazonas son las guerreras originales sobrevivientes

-wooo entonces eres la más joven entre ellas, que envidia- comento divertida

-si, bueno termine mi trabajo aquí, saldré a dar un recorrido nos vemos Dina, me saludas a Oliver

- hasta luego Diana -canario negro se despidio escuchando como el tubo de luz se activaba

"Mujer Maravilla A03 - New York"

Diana emergió del transportador y comenzó a volar sobre la ciudad.

Mientras se aseguraba que la zona estuviera libre de villanos, seguía pensando en su anhelo de una familia.

Depronto el grito de una mujer la regreso a la realidad.

En un parque cercano una mujer castaña corría lo más rápido que podía mientras escapaba de un mountro de 6 metros de altura.

Diana noto que se trataba de un ciclope, lo curioso de todo era que solo la mujer era perseguida por este, el resto de los mortales ni siquiera reaccionaban ante el movimiento.

Diana fruncio el seño y voló con rapidez hasta el lugar, desatando el lazo de su cintura lo lanzo agarrando al cíclope del cuello y lo jalo hacia sí misma.

El príncipe de las AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora