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Sally estaba muy estresada, con la reciente muerte de su tío y las cuentas sin pagar del hospital, lo menos que ella quería en esos momentos era enterarse que estaba embarazada.

No es que no quisiera al bebé que estaba esperando, no claro que no, es solo que ella planeaba por lo menos terminar terminar último año de bachillerato y conseguir un trabajo decente para tener la estabilidad económica para criar un niño.

Pero el plan no salio como ella esperaba, la verdad no tenia ni idea de como había acabado en la cama con un hombre que apenas conocía de unos días y que literalmente salió del mar.

Con ese pensamiento no dudo mucho de que dicho hombre le dijera que era el dios del mar Poseidon, y que el bebé que esperaba estaba bajo una profecía que anunciaba su muerte antes de los 18 años.

Sally no estaba feliz con ello, y estuvo aún más molesta cuando Poseidon le dijo que no podía criar a su hijo con ella por las antiguas reglas impuestas a los dioses.

Bien Sally podia entender que el dios no quisiera criar al niño, la mitología hablaba mucho de como los dioses eran padres presentes, pero ausentes, lo que no podía entender era por qué, si bien no podía ayudarla a criar a su hijo, tampoco podía mandar dinero o alguna pensión para su cuidado.

Sally era una mujer sola, sin familia, sin estudios, sin amigos y sin un trabajo decente más que el que tenía limpiando lavando platos en un pequeño restaurante de comida rápida.

Su viaje a la playa fue planeado despues de meses de ahorros y recortes de presupuesto para poder relajarse después de perder al unico familiar que le quedaba.

Ahora se las tenia que arreglar con un embarazo de tres meses, su reciente despido del restaurante de comida rápida y un mes de renta atrasada mientras era agobiada por mountros que trataban de golpearla en el vientre cada que podían.

La vida no era buena con ella por ningún motivo.

O al menos así era hasta que ella apareció.

Diana de Temiscira, La mujer maravilla o Diana Prince.

La princesa Amazona que la salvo de un ciclope que por poco acaba con la vida de su pequeño hijo y se fue entrometiendo en su vida poco a poco.

Todo comenzó de manera gradual, con ella pareciendo con traje de oficina y lentes de montura negra en la puerta de su modesto departamento.

Una charla banal acompañado con galletas y té recién hecho, explicó mucho sobre el porqué algunos mortales no podia ver a los héroes y lo mismo pasaba con los mortales que no podia ver a los dioses.

El mundo humano se dividía en dos porciones, una mitad siendo conciente de la existencia de los héroes, pero ignorando a los dioses, mientras la otra mitad ignoraba a los héroes y coexistia con los dioses, era esa mitad con la que estos formaban relaciones y procreaban a los semidioses, a la cual pertenecia Sally.

También se entero que no todos los dioses excluian al mundo de los héroes del suyo, habían varios panteones y dioses menores que permitían una relación.

Un ejemplo de ellos era el mismo Tritón, que era patrón de la ciudad submarina de la  Atlántida, bajo el gobierno de Acuaman otro super héroe.

También estaba la Mujer Halcón que tenía la historia de su pueblo ligada al de los dioses Egipcios o Ras Al Gul con sus pozos de Lázaro.

Todas esas historias y super héroes le llenaban de esperanza, tal vez y solo tal vez no tendría que vivir con el miedo de que en algun momento, la vida de su hijo se extinguirá a manos de algún mounstro.

Pero no le quito el miedo a la profecia que llevaba solo por ser hijo de Poseidon.

Diana se ofreció a ayudarla, apareciendo dos veces a la semana con pequeños regalos y víveres que la ayudaban en lo que ella conseguía un trabajo que aceptara a una mujer embarazada.

El príncipe de las AmazonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora