Capítulo 5

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Cassandra.

—Entonces,¿definitivamente tu esposo si ha vuelto?—pregunta mi amiga Nayleth,estamos las tres reunidas en la cafetería donde ella trabaja.

Los niños están en el colegio,en la tarde Massimo me dijo que irá a llevarlos al entrenamiento el hoy,pero que antes tenía que hacer unas cuantas cosas,encargarse de algunos asuntos.

Puedo hacerme una idea de esos asuntos.

Han pasado unos días,desde que apareció en nuestras vidas y mis amigas aún no se creen que el está aquí,yo tampoco para hacerles sincera,en cambio los niños están muy felices.

Nosotros aún tenemos unas cuantas cosas por hablar,pero ninguno parece dar el paso.

—Dios,yo pensé que estaba viendo fantasmas—habla Martina a nuestro lado,estamos las tres sentadas en una mesa,al parecer Nayleth pidió unos minutos de descanso,ruedo mis ojos al comentario de mi amiga.

—Pues ya ves que no—le digo y miro a las dos—el diablo regresó.

—Y regresó por sus demonios,al parecer—habla Nayleth y las tres hechamos a reír.

—Supongo,pero sé que hay algo más—les digo y bufo para luego tomar de mi chocolate caliente—creo que no solo volvió por nosotros.

Les digo,y las tres nos giramos hacía el televisor que hay en lo alto de la cafetería dónde están las noticias de cada día en esta ciudad.

Creo que las tres estamos impactadas,por las imágenes que nos muestran,cuatro cadáveres,muertos en el piso,en un callejón de la ciudad,muestran sus heridas,se ve que fueron torturados, para luego tirarlos en medio de un callejón algo abandonado.

en una de las paredes del callejón hay un cartel,hecho con la sangre de los muertos,la periodista,se dirige hacia la pared y la cámara enfoca las palabras escritas;

                     "El diablo ah regresado"

Diecinueve letras,cuatro palabras,un significado,al entender las palabras escritas,una sonrisa algo sádica se forma en mis labios y niego con mi cabeza sonriendo,para beber de mi chocolate caliente.

Mis amigas se giran hacía mi aún con sus ojos abiertos,porque ella también saben lo que significa.

—Y vaya que regresó—habla mi amiga Marti,niega con su cabeza y bebe de su refresco de coca cola,para luego mirar a nosotras dos—con estilo y todo lo hizo.

—Concuerdo con eso—le sigue Nayleth,las tres reímos por lo bajo—ese hombre si que tiene estilo.

—Más,¿por qué lo hizo?,¿lo de los muertos?—pregunta Martina yo me encojo en hombros.

La campana de la puerta del lugar suena anunciando que acaba de entrar o salir alguien.

Puedo ver qué en efecto,fue la primera, alguien entró,alguien que conozco muy bien,así hayan miles de personas a nuestro al rededor,él se acerca a nuestra mesa y se sienta a mi lado saluda a las chicas y a mí me da un beso en mi mejilla,su barba me hace un poco de cosquillas.

—Hola,kolibrie—me dice y yo le sonrio asientiendo,para beber de lo último que me quedaba de mi chocolate caliente.

Quiero más.

Le hago una seña al camarero,para que se acerque a nosotros y le pido que me traiga más chocolate caliente,veo como la vista del hombre a mi lado va hasta la pantalla del televisor que aún están dando la noticia de los muertos que vimos hace unos minutos.

—Vaya que corren rápido,las noticias—habla el a mi lado,con una voz bastante ronca,creo que es lo que no ha cambiado de hecho ya comenzaba a olvidar su voz,el me mira—tú toda una fiera y ¿bebiendo chocolate caliente?.

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