Capitulo 8

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- Inspector LePage, por favor, deje de fingir. Sé que usted sabe quién es, que es y cómo se puso en contacto con migo.

- El detective le dio una calada a su Gitanne. Estaban sentados el uno junto al otro, en taburetes, al final de la barra de un pequeño café, donde nadie podía oírlos.

- Si supiera encontrarlo sol, lo haría – continuo Hermione -. Me he pasado las tres últimas noches en el muelle, deambulando tanto por la orilla izquierda como por la derecha, y caminando por las calles, buscándolo. Por eso le he llamado.

- ¿Por qué tiene tanto interés en encontrar a ese Draco, madeimoselle Granger?

Hace menos de dos meses no le importaba lo más mínimo. Ni siquiera quería quedarse en burdeos, a pesar de mis órdenes, para colaborar en la investigación de lo que, le recuerdo, usted misma insistía en que era un asesinato. Y ahora se empeña en encontrar sola al presunto asesino que, en realidad, no es más que un hombre que se mostró cortes con usted. Es puro masoquismo.

- Escuche, ya se lo he dicho – repitió Hermione, desesperada-, no me importa en absoluto cual sea su relación con él ni a que tratos haya llegado con la policía. Tengo que encontrarlo... cuanto antes. Necesito su ayuda. Y no tiene nada que ver con el asesinato, porque fue un asesinato, por mucho que fuera accidental...

- Insinúa que hecho un trato con un presunto asesino es una acusación muy seria, madeimoselle. Pero con tal de no discutir, y suponiendo, solo hipotéticamente, que yo conociera a ese Monsieur Draco, ¿Por qué cree que iba a ayudarla a encontrarlo?

Llevaba una hora tratando de convencer a LePage, pero él seguía en sus trece. No estaba dispuesto a admitir absolutamente nada, solo hacia preguntas y más preguntas. Hermione detestaba tener que hacerlo, pero no le quedaba más remedio que sacarse un as de la manga.

- La razón por la que debe ayudarme es porque el motivo por el que necesito verlo es importante. Si no lo encuentro, o lo encuentro ya demasiado tarde, antes o después él se enterara de que usted no ha querido ayudarme y, bueno...

El inspector LePage dio otra calada al Gitanne y entrecerró los ojos para evitar que se le metiera el humo. Hermione podía contemplar el engranaje de su mente, calculando las consecuencias y ramificaciones del hecho de enfadar a un loco. No se trataba solo del hecho sé que lo que le había dicho el medico pudiera ser de vital importancia para Draco; Además Hermione necesitaba su ayuda, estaba desesperada. Amenazar a un policía era simplemente un acto de supervivencia.

- Está bien, quizá lo mejor sea dejarlo así- dijo ella-. Estaré en el muelle mañana por la noche, en la orilla derecha, desde las nueve hasta las doce.

- Es una zona peligrosa, madeimoselle. Expone usted su vida.

- Gracias por el aviso- se despidió Hermione, recogió su bolso y poniéndose en pie-. Él le estará agradecido... si es que le llega esa información.

El policía permaneció sentado, sin dejar de fumar, observándola a través del aire azul blanquecino enrarecido por el humo. Lo tenía en el bote. Sus años de experiencia en el mundo de la justicia y del teatro le había enseñado a juzgar a la gente con perspicacia. Y sabia cuando debía retirarse.

Era una agradable noche del mes de mayo, cálida pero no bochornosa. El cielo era limpio, brillante, estaba abarrotado de estrellas y había luna llena.

Hermione llevaba un vestido fresco de verano y zapato plano, y de su hombro cruzando el pecho, colgaba un bolso de tela descolorido con lo más esencial. Llevaba tiempo esperando, oculta tras las sombras de un almacén de pescado, muy cerca de donde la limusina de Draco había estado aparcada en otra ocasión. A pesar de que en esa calle apenas había tráfico ni peatones, Hermione prefería esconderse. Era una zona peligrosa y probablemente, corría riesgos aún peores que el citarse con un vampiro a media noche.

EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin