capitulo 35

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Ausencia de luz. Ausencia de sonidos. De olores. Flotar. Caer.

Un pasaje. Trazos de sonidos, casi sensaciones. Movimientos ligeros como plumas por el tiempo. Otro.

Sin ritmo. Sin sentido. Tonterías. Pero otra vez.

- ¿Hermione?

Movimiento instintivo. Corredores de fino aire, persiguiendo la luz negra. Un teatro del vacío.

- Bienvenida.

Ella vio su rostro. Ron. Amable y bondadoso, lo mejor de él. A su lado Harry, amigo de ella. Y su madre. Tan triste... Ellos sonrieron. Su madre abrió los brazos y ella flotó hacia ellos.

- ¡Carol!

Ella se giró. Un soplo de energía. Un vórtice de luz succionándola.

- ¡No nos dejes! -exclamó su madre.

- Hermione -dijo Ron, alargando una mano.

Harry le dijo «adiós» con la mano.

- ¡Sigue mi voz!

El sonido vibraba, su eco resonaba a medida que se expandía. Ella flotaba, giraba, se acercaba lentamente hacia la voz, consciente de pronto de una intensa luz.

- ¡Abre los ojos!

Aquellas palabras no tenían sentido, pero de pronto vio a Draco. Él sonrió. Su tez brillaba. Sus ojos grises daban vida a los de ella, ardientes. Su rostro se acercó. Sus labios rozaron los de ella. Pero no sintió nada.

- ¡Respira! -dijo él, y ella no comprendió lo que eso significaba hasta que oyó el aire moverse por su nariz y lo sintió expandirse en sus pulmones.

Quería saber algo, pero no sabía cómo conseguir ese conocimiento.

- Has vuelto. Con nosotros. Conmigo -dijo él, y entonces se dio cuenta de que ella también, una vez, había sabido hacer frases, hablar.

Draco acarició su rostro, su cabello. Sus rasgos eran dulces, su cuerpo luminoso. Sus ojos brillaban como dos ópalos grises, contemplando el rostro de ella.

Hermione jamás había visto un semblante así, y se preguntaba qué significaba.

- Pronto comenzarás a sentir tu cuerpo. Y luego podrás volver a hablar. Tú, simplemente, sigue respirando.

Hermione se concentró en el aire que fluía como un líquido a través de ella, y entonces fue consciente de los sonidos. Su mano se movió, y las sensaciones comenzaron a esparcirse por sus dedos.

- V... vivo -jadeó Hermione, atónita.

Sentía una presencia en su interior.

- Sí -rio él-. Vives. Pronto estarás aquí. Y entonces te sentirás enferma. Tu cuerpo tiene que librarse de los venenos. Pero yo estaré contigo, no tengas miedo.

La presencia en el interior de Hermione asumió una forma concreta mientras volvía la sensación. Se sintió a sí misma yacer sobre la cama, que por fin sabía era la de Draco. Sentía la boca extraña; notaba con la lengua dos dientes superiores más largos que los demás.

- Michael -dijo ella.

- Está arriba. Todos están arriba. Luego subiremos.

La oscura presencia dentro de ella acabó con la luz que la llenaba instantes antes. Tomó la forma de un hombre, luego de una mujer, flotando adelante y atrás, después el rostro de Ron, de su madre, de Harry, de Rene. Y en todas sus manifestaciones, la figura sollozaba.

EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora