Especial 1.

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Primera cita en el doctor.

—Ya Merle, no seas llorón— empuje un poco a Merle para bajarlo de la camioneta.

—No, no estoy dispuesto a regresar a este lugar— se cruzó de brazos antes de negar.

—Ya, no seas marica. Necesitamos llegar temprano a tu primera cita con el doctor.— Daryl nos regaño.

—No me regañes, es él el que no quiere bajar de la camioneta y yo no lo puedo bajar— lo mire enojada.

—Ya les dije que no me bajaré, ustedes me dijeron que iríamos por un helado.— renegó Merle mientras yo y su hermano discutimos.

No fue nuestra mejor idea decirle que le compraríamos un helado.

—Si te decíamos que tendríamos cita con el médico no hubieras salido de la cabaña.

—Claro que no, estoy sano. Solo me falta moverme un poco más.

—No seas idiota, apenas te puedes levantar y no hablemos que quieres que Odile te lleve todo a la cama.— Daryl salió a mi defensa.

—¡Dile algo, me molesta!— Merle apuntó hacía Daryl.

—Basta los dos, tú deja de molestarlo— apunte a Daryl. — Y tú te bajarás en este instante y verás al doctor.

Merle se bajó de mala gana azotando la puerta de la camiontea y se metió al hospital.

Hasta el momento teníamos una semana viviendo todos juntos para ayudar a Merle. Era un alivio que el padre de los hermanos Dixon estuviera en la cárcel así podría estar en la cabaña el tiempo que fuera necesario.

—¿Ya le dijiste?— salí de mis pensamientos al escuchar a Daryl.

—¿Decir qué?

—A Merle, lo de ser novios.

Negué con la cabeza. — No he encontrado el momento indicado.— arrugué mi frente. —¿Y tu cómo sabes eso?.

—Él me dijo que uno de los enfermeros le comento que su novia era linda y después te apuntó a ti.— sentí mi cara roja.

— Dios, que pena.

—Y eso no es lo peor. Quiere que tú seas la que le haga la pregunta— abrí mis ojos.

—¿Él te lo dijo?— asintió con la cabeza con una mueca de burla.

—Él quiere formalizar, nunca lo había visto tan emocionado con una chica y menos que me confesara que le gustaría que tú le pidieras ser su novio— sonreí.

— Es lindo.

—Si que eres ciega.— solté una carcajada.

— Idiota, Pero si hay que comprarle un helado— Daryl rodó los ojos.

— Si señora.


Sí, si quiero.

—¡Auch!, eso duele— Merle aparto mi mano.

—Si te quedarás quieto no te dolería— le reclamé.

—Yo no tengo la culpa de lo que me pasó— rodé los ojos.

La camioneta se había descompuesto y Merle me pidió ayuda. Yo no sabía que la tapa del cofre no se sostenía sola. Ahora Merle tenía una herida en la frente.

—Tampoco yo, solo no sabía que si soltaba esa cosa iba a caer tan duro— murmuré.

Merle soltó un poco de aire.

—Lo siento preciosa, fue mi culpa no explicarte.

Asentí poquito. Me sentía culpable de aquel golpe.

—Esta bien, yo también lo siento.

Nos quedamos callados.

Este era el momento, Daryl no estaba porque había salido a buscar trabajo y yo tenía día libre. Necesitaba preguntarle a Merle si quería ser mi novio.

—Oye Merle, tú sabes que desde el primer día me caiste bien y... Somos amigos y voy a estar para ti siempre pero tengo tiempo que quiero decirte algo, yo...

—¡Sí, si quiero!— Merle gritó y se abalanzó hacía mi para darme un beso.

—Yo también te quiero y si quiero ser tu novio y en algún momento casarnos y tener hijos y si es posible adoptar un perro que le falte una pata y ponerle el tripié y una casita con un jardín y que Daryl nos visite.— quise reír, al parecer los nervios le ganaron a Merle.

—Tranquilo, respira.— Merle bajo la mirada y sus mejillas tomaron un color rosa muy lindo.

—Lo siento.— negué con la cabeza.

—A mi también me gustaría tener un perro, pero mejor que se llame de otra manera— sonreímos.

Merle acortó la distancia de nuevo y me dió un beso, sellando aquella promesa que algún día cumpliríamos.


Dos meses después.

—Me aceptaron en la policía— abrí en grande mis ojos y escuchamos un golpe seco.

Daryl se había desmayado.

...

Esperen los siguientes especiales. Espero y sean de su agrado. Los quiero mucho y gracias por darle amor a esta historia. ❤️

Nadie como tú |Merle Dixon| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora