Nivel 457: Para gustos, colores (La Maestra)

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Sin el arte,
la crudeza de la realidad
haría que el mundo
fuese insoportable

-George Bernard Shaw

Sin entidades peligrosas. Sin peligros ambientales. Sin destrucción por todos lados. Era paz. Pura paz. Un nivel tranquilo y careciente de peligro. Una galería de arte. M había caído en una galería de arte.

Los tablones de madera en el suelo, pulidos y barnizados, junto con las paredes de cemento pintadas de blanco y el techo negro daban un aspecto de modernidad y lujo a ese sitio. Aunque la única iluminación provenía de las luces encargadas de iluminar los cuadros, era suficiente como para orientarse a través del nivel.

M contrastaba por completo con la modernidad del nivel. Los hilos que parecían sostenerla como un títere atravesaban el techo, sin dejar ningún rastro o marca, como si hubiera alguien encima que la manipulara y moviera, aunque eso así no era, puesto que ella era la única que controlaba sus movimientos. Eran una ventaja, puesto que podía elevarse o bajar tanto como quisiera. Siempre se preguntaba cuál era la verdadera longitud de esos hilos que le daban vida.

Observando los cuadros, se fue percatando de que estos eran pinturas de los backrooms, es decir, de otros niveles. Más grandes o más pequeños, más anchos o más largos, con marco dorado o de madera, pero siempre de los backrooms. En algunos habían personas, en otros entidades, también los había con ninguno de los dos o con ambos. El caso era que siempre representaban algunos niveles de los backrooms. Cuando M estaba en su nivel, ya conocía otros niveles, puesto que los humanos desafortunados que caían en su nivel a veces traían documentos o fotos, o incluso diarios y otros objetos de los backrooms que le daban una idea de cómo eran realmente. Sin embargo, ahora que había logrado salir... Se dio cuenta de que habían muuuchos niveles que no conocía en absoluto. Y esos cuadros reflejaban ese mismo desconocimiento.

Sin embargo, estos cuadros tenían dentro una pregunta: ¿Quién era la persona que había pintado los cuadros? Si bien era una pregunta bastante estúpida (teniendo en cuenta que en los backrooms el 99.999999% de las cosas no tienen ningún sentido y desafían por completo las leyes ya establecidas sobre la realidad), era normal preguntarse algo así, y a su vez demostraba que incluso aquellos que habían permanecido un muy largo tiempo en los backrooms al desconocían mucho de estos.

Y con los eventos acontecidos recientemente, esta dimensión paralela había perdido el poco sentido que tenía.

Si es que alguna vez lo tuvo.

Las salas se volvían más amplias conforme M avanzaba. Cada vez había menos cuadros, sólo los huecos donde deberían estar. Ahora había luces en el techo, a excepción de las otras áreas, las cuales tenían rejillas negras que las tapaban parcialmente. Aún así, se podía ver bien, por lo que no hubo problema a la hora de desplazarse. Llegó a un punto en el que no había ningún cuadro, ni siquiera marcos, ni luces. Eran solo paredes, pasillos, y paredes. Al final llegó a una puerta blanca. Aquel era el aparente final del nivel. Así que M decidió abrir la puerta. Y... Bueno. Digamos que se dio cuenta de que no estaba sola.

 Digamos que se dio cuenta de que no estaba sola

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Una nueva entidad y el secreto de los BackroomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora