Nico y la policia

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25 de agosto

Adivina, adivina: Si hoy me felicitas, te has adelantado. Pero si esperas 24 horas, estarás bien acertado. ¿Qué será lo que estoy esperando?

Sin opinión.

Mañana es mi cumpleaños. Aunque al principio pensaba que iba a ser una mierda, al final no será así. Después de que mis amigas me dejaran de lado para celebrarlo, había pensado en algo sencillo: una comida con la familia y ya. Pero... ayer, de vuelta en el coche...

Cerecitas, tranquilos, ya os dejo lo que pasó para que no sea tanto texto y haya más diálogo. Bueno, y porque todos queremos ver a Lamine y Nico borrachos.

—¡Marrrriinaa! —grita Lamine.

—¿Qué?

—So... —él y Nico empiezan a reír.

Dios, líbrame, porque estoy a punto de cometer dos asesinatos.

—¡Nadddiaa! —ahora va Nico.

—Dime —responde.

—Tu cara me deprime —dice Nico, y vuelve a reírse.

Esto sí que es tener el humor roto. Miro la hora y aún faltan unos 15 minutos para llegar. Solo espero que no haya tráfico.

—Pon música —vuelve Nico.

Pero yo y mi prima intentamos ignorar su petición.

¡Qué malas personas! No dejan que sea feliz...

—¡MÚSICA! —repite Nico.w

—Cariño, ¿por qué no intentas dormir? —intenta convencerlo.

—¡MÚSICA! —repiten, ya no solo Nico—. ¡MÚSICA! —y dan un golpe por detrás en el asiento donde estoy—. MU-SI-CA...

—¡La madre que os parió! Ya voy, pero parad y no cantéis.

—¡Toma, que yo tengo mejores gustos! —dice Lamine, pasándome su móvil.

Estoy a punto de replicarle, pero no vale la pena, ya que mañana no se acordará. Y bueno, como no, "La Jumpa" suena por los altavoces, y Nico empieza a cantar:

-A ella no le gusta el reguetón, pero le encanta cómo canta la sensación (yeah)...

Joder, ¿habéis escuchado alguna vez a un gato parir? Pues si lo habéis hecho, esto es igual o peor.

-Mi casa es un hotel y se ve cabrona la vista..

Vale, rectifico, pobre de mí... que alguien pague la música.

Después de esto, no voy a escuchar la canción igual. Y, como si fuera poco, ya no solo cantan, sino que hacen movimientos.

-Y yo la vi, anda con dos. La amiga me miró...

—Nico... —advierte mi prima.

Pero, obviamente, él la ignora y sigue.-Hoy tú te vas con una leyenda que no va a volver a nacer (ey).

—Dale, hermano, la estás rompiendo —lo que faltaba, que el otro lo anime.

Y cuando estoy a punto de abrir la puerta y saltar afuera, Nico se calla y empieza Lamine. Solo puedo decir...

¡Que se te ha mojado el tanga!

Solo puedo decir que, si lo del fútbol no acaba bien, podría ser cantante.

—Y ya la vi, anda con dos. La amiga me miró...

Bueno, y aunque me encantaría seguir escuchando a estos, es hora de ir a lo interesante de ayer.

Un clásico no muy clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora