23: Miedos...

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La fuerte lluvia golpeaba con violencia la ventana de la habitación, los dos cuerpos parados uno frente a el otro, se observan con detenimiento. Apreciando cada detalle del otro, hablando en un idioma que solo sus corazones sabían entender, desbocados de felicidad y calma.

-Pensé que te irías en verdad-confesó Ámbar honestamente-, sentí... Miedo Gian-su mirada ámbar llena de ese brillo tan carismático-. Miedo de perderte.

El corazón en el pecho de Gian dió un vuelco, el aire pereció faltar a sus pulmones. Había quedado de nuevo sin palabras, su mente trajo a relucir como le había hablado a Ámbar ayer... Tragó saliva ante el recuerdo, la sangre subió a su rostro y él tensó la mandíbula incómodo.

-Y-yo también-titubeó forzadamente-. Pero sentí algo que jamás había sentido-sus ojos rasgaban tortuosos el pecho de Ámbar.

Gian no paraba de lamer sus labios.

-¿Qué sentiste?-preguntó la castaña intrigada.

Un relámpago alumbró por segundos la noche, rasgando el Cielo y aturdiendo el sonido.

Gian apretó los labios y los puños, tragó. Nunca nadie había hecho que derrumbase sus muros tan fácilmente, se sentía expuesto.

-Sentí celos-susurró y desvío su mirada a la ventana.

Ámbar quedó estupefacta, inmóvil y ahora, sentía culpa y arrepentimiento... ¿cómo pudo estar con Dany, teniendo a Gian cerca?, de seguro Gian pensaba que a ella le importó poco.

-En verdad...-intentó hablar, pero Gian la calló con uno de sus dedos.

-No hace falta-juntó sus frentes, tomando a Ámbar por las mejillas-. Solo me cabreé, porque te ví muy expuesta a él-sintió como un nudo se formó en su garganta y tuvo que tragar de nuevo.

Ámbar se derrumbó, su cuerpo quedó apoyado sobre sus piernas y sus ojos se inundaron de lágrimas al recordar lo que hizo, sintiendo esa pesada sensación de culpa.

-Fuí una tonta-soltó un chillido ahogado-, pensé que...-no tenía fuerzas para confesar que dudó de su amor por Gian, que pensó que las Lunas no los habían unido.

Gian se apoyó frente a ella y la abrazó, era la primera vez que lo hacía... La calidez y la incomparable sensación de satisfacción y calma, a parte de sentir que ese era su lugar favorito de ahora en adelante, lo abordaron.

-Quisiste ver si solo sentimos esto por tu Celo-terminó Gian por ella-, igual que yo-acarició el cabello de la castaña y la besó-. También fuí un imbécil de mierda-la apretó más contra él-, pero me arrepiento... Con todo mi ser lo hago.

Ámbar rodeo al moreno con sus brazos, la tela mojada del chico empapó un poco su rostro...

-Me hace sentir bien...-dijo Gian con las mejillas ardiendo por la cercanía y la atención de Ámbar.

La castaña se separó un poco para ver el rostro de Gian, tenía los ojos cerrados pero los abrío para verla con una dulce mirada, que jamás la había visto provenir de él.

Ámbar no lo podía creer, estaba siendo abrazada por Gian, mientras le expresaba sus sentimientos... Era aún más de lo que se imaginó, no podría sentirse mejor. Definitivamente, las Lunas habían unido sus corazones, Ámbar amaba a Gian, con todo su ser.

-Eres muy dulce Gian-se acercó a su rostro y miró sus labios con deseo-, me hace sentir bien que hables de esta manera conmigo-acarició la barbilla del moreno, sintiendo la apenas crecida barba del chico.

Gian aprisionó los labios de Ámbar, devorando con fuerza y sin piedad el interior de su boca. La tomó por el cabello y profundizó aún más el beso, a punto de devorar a Ámbar con su boca, mordiendo sus labios y hundiéndose en su boca.

El cuerpo de Ámbar recibió todo el peso de Gian, quedó tumbada debajo del inmenso cuerpo del moreno, siendo atendida por él.

-Te he mojado toda-dijo soltando los labios de Ámbar, su respiración irregular.

-No hay problema-su mirada fija en Gian, quien devoraba con sus ojos la piel descubierta de sus pechos-, ya está empezando a sobrar la ropa, además de que no es lo único que está mojado-mordió sus labios hinchados.

Gian le sonrió socarrón, se levantó y la ayudó a levantarse.

-Tienes razón-dijo quitándose el traje húmedo en el cual estaba envuelto-. Pronto arreglaremos eso.

Debajo del traje, solo traía un boxer, el cual estaba a punto de ser reventado por su erección.

La orquesta comenzó a resonar en todo el cuerpo de Ámbar, erizando su piel, dando descargas y bajando en forma de liquido a su intimidad. Sin decir una palabra, Ámbar se acercó a Gian y lo besó, fué salvaje y apasionado, apretando la piel del moreno y dejando marcas com sus uñas. Lo atrajo más hacia ella, apretando su trasero y sintiendo en todo su esplendor como la erección de Gian palpitaba contra su vientre.

Las manos de Gian fueron directo al pliegue del suéter de Ámbar, para deshacerse de el, luego de su brasier, dejando expuestos los duros pezones de la castaña. Después besó su cuello, hizo un recorrido por él, hasta llegar a su clavícula y luego a darle atención a los pechos de la castaña.

Al final de todo, las sospechas de Ámbar eran ciertas... Ella había despertado el Celo de Gian, Gian había calmado en parte el Celo de Ámbar y ella habia calmado en parte el Celo del moreno. Se sumió en sus pensamientos, dándose cuenta de la verdad y esa era... Qué Gian era su mate, era su compañero... Pero, ¿Sería capaz de dejar todo por ella?. El miedo de perder a Gian creció en Ámbar, pero fué opacado cuando el moreno la levantó y ella se sintió caer sobre las suaves sábanas de su cama, quedando con una visión perfecta del cuerpo del chico...

-Eres perfecta-le dijo mientras desabotona sus pantalones-. Eres un sueño del cual no quiero despertar, quiero estar aquí, contigo para siempre. Te deseo tanto...

Otro rayo rasgó el cielo, iluminando el rostro de ambos amantes. La lluvia estaba dejando de caer, el silencio de la noche, les permitía escucharse mejor... El sonido de sus respiraciones, el roce de sus cuerpos, el bombeo de sus corazones.

Ámbar apreció con más detenimiento el cuerpo de Gian, el cual era bañado ligeramente por un pelaje oscuro, sus hermosos ojos dándole un aire salvaje, sus orejas puntiagudas le parecían algo excitante y su cola se agitaba ligeramente.

Gian se puso a su altura, quedando fijas sus miradas; Ámbar acarició el pecho de Gian, bajó por su abdomen y sostuvo su miembro sobre la tela.

-Te amo... Gian-lo llamó-, Hazme tuya otra vez-apretó la erección-. Quiero olvidarme de todo, quiero tocar el cielo de nuevo contigo.

Gian acarició una oreja de Ámbar antes de besarla, apreciando lo hermosa que era en su forma de Bestia...

-¿Puedo negarme?-su mirada devoró la de Ámbar.

Y antes de que ella responda, la besó, viajando desde sus labios por
su cuello, luego sus pechos, su abdomen, dejando descargas con cada tacto.

Hoooolaaa!!! Jajajaja. Chicxs, aquí otro cap. Pensé que sería egoísta de mi parte no compartir este con ustedes, así que aquí lo traje. Espero les guste y lamento haberlo subido tan tarde🥲. Recuerda dejar tu voto y compartir la historia, así me ayudas a crecer como escritor 🤗.

Gracias por leerme🌹

El Celo de Una LunaWhere stories live. Discover now