087|| [4] Embarazado||

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Sun Wukong, el gran sabio igual al cielo estaba teniendo una pequeña crisis de pánico, caminaba de un lado a otro, sus manos temblando y su cola agitándose nerviosamente detrás de él, mientras escuchaba los gritos de agonía del domador, quien estaba en labor de parto.

—¡Agua! ¡Necesitamos más agua!— grito deteniendo su caminar y mirando a sus hermanos con seriedad —¡Y más mantas! ¡Quizás también algo de fruta! ¡Si, mucha, mucha fruta!—

Zhu Baijie resopló y Ao Lie se rio ligeramente.

—¿De que te ríes? ¡Seguramente lo necesitan!— le gruñó al de mechas verde, quien levantó las manos en señal de paz.

—Wukong, respira, todo va a estar bien, el maestro sabe lo que hace— dijo con calma Sha Wujing.

Otro grito desgarrador hizo que el pardo se estremeciera.

—Necesito entrar, me necesitan— trato de entrar a la tienda, pero el demonio cerdo se interpuso.

—Créeme, lo último que necesitan es a ti dando vueltas y tropezando con todo, deja que el maestro haga su trabajo—

—¡Agh!— se dejó caer al suelo, con sus manos sobre sus oídos tratando de tranquilizarse.

De repente, un nuevo sonido emergió de la tienda, el llanto agudo de un bebé, eso logro que el corazón de Wukong latiera a mil por hora y unos segundos después, un segundo llanto se unió al primero.

—¡Ya están aquí!— exclamó, levantándose de a golpe, su voz una mezcla de terror y emoción pura.

Pasaron unos minutos que parecieron eternos antes de que el erudito saliera de la tienda, quien miro al de pelaje dorado.

Quiere verte

Con pasos temblorosos, Wukong entró en la tienda, allí, recostado en un nido que prepararon estaba su compañero, exhausto, pero con una sonrisa y en sus brazos, dos pequeños bultos se movían suavemente.

—Ven, conoce a tus hijos...—

Se acercó con cautela, como si temiera que algo malo pasará, se arrodilló junto al nido y miró a los dos bebés, sus ojos brillaron, eran tan diminutos...

—Son... Son perfectos— murmuró.

—Este es Rumble— dijo, señalando a uno de los bebés —y esta de aquí es la pequeña Savage— añadió.

El inmortal extendió una mano temblorosa y acarició suavemente la mejilla de cada bebé, en ese momento, ambos abrieron los ojos, mirándolo directamente, sintió que su corazón se derretía.

—Hola, pequeños— susurró suavemente —soy su papá y les prometo que siempre, siempre estaré aquí para ustedes—

—Hola, pequeños— susurró suavemente —soy su papá y les prometo que siempre, siempre estaré aquí para ustedes—

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¿Qué tal estuvo? Es la última parte, espero les haya gustado.

Nos vemos en un par de semanas.

En fin que tengan un buen día, tarde o noche, no olviden dejar su estrellita y algún comentario si les gusto.

◣Lauren_Eslynch◥

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