Un gran espectáculo había sido montado en la avenida principal de Gehenna. El rumor de que un oso cargaba con un gran premio mientras corría por las vías públicas del distrito se esparció como fuego en un bosque. Chicas que veían a la trifulca ir tras el animal se unían a la carrera no solo por la recompensa, si no que también por las ganas de hacer el alboroto más grande. Es algo que la mayoría de las estudiantes de Gehenna traían en la sangre. Ante esto, Medved-kun estaba dando el alma por no ser alcanzado, sin embargo, el oso pardo estaba muy cansado, hambriento y sofocado por el calor. La velocidad del peludo animal empezó a bajar. Nodoka nalgueó al oso rogándole que no se rindiera.

—¡Grrmmrmg!

Medved-kun se dejó vencer por el cansancio cayendo al suelo aceptando lo que el destino le deparara. Nodoka se puso pálida. Se bajó para intentar levantar al oso y hacerlo correr, pero esta demás decir que el esfuerzo fue inútil. Para el colmo, ya casi no les quedaba municiones.

—Parece que todo acabará aquí. —Shigure sacó su ánfora— ¡Por nuestro final! ¡Hasta el fondo!

—¡¿Qué dices?! ¡Haz algo! —Gritaba Nodoka llorando mientras sacudía a su compañera.

La pobre Shigure trataba de beber su querido Kompot, pero las sacudidas no la dejaban. La chica con orejas de mapache miró a los ojos a la desesperada Nodoka. Suspiró con su inmutable sonrisa.

—Nuestros ExSkills no sirven para el combate, pero espero que esto funcione.

Shigure sacó un pañuelo y lo metió en la boquilla de la ánfora. Con un encendedor prendió fuego al pañuelo y tiró la botella a la multitud. Una gran explosión hizo volar a varias estudiantes por el aire.

—¡¿Qué carajos es lo que bebes?!.. Bueno... Eso no importa en este momento. Hay que irnos.

Nodoka jaló a su compañera de club quien se despedía con una lagrima en sus ojos de su ánfora y su bebida favorita.

—¡Ayudame a mover a Medved-kun!

—Grrgrmrm... Grrgrg gmrmrgr grrmrr...

—¡No seas dramático!

Tras el muro de fuego se podía escuchar el engranaje del tanque. A través de las llamas, el cañón del tanque se asomó y sobre la máquina de guerra estaban las estudiantes que querían la tarjeta y venganza.

—Les daré una lección —Dijo la líder de la pandilla.

—Santo sensei, dulce compañía, no nos desampares ni de noche ni de día. No nos dejes sola que nos perderíamos. Protégenos en todo momento y fulmina a todas nuestras enemigas. —Oró Nodoka cerrando los ojos y abrazando a Shigure y Medved-kun.

Una gran explosión mandó a volar a todas las que estaban cerca por los aires. Una cortina de humo negro les nublaba la visión. Nodoka trataba de incorporarse cuando escuchó una voz desconocida.

—Lo siento, chicas, pero no puedo permitir que se queden con el oso.

—¿Quién se atreve a...? ...!!! —A medida que el humo se iba disipando, unos cuernos que sobresalían de una cabellera dorada y un halo azul con un núcleo rosa quedaban a la vista— N-no queremos al oso... —La líder de la pandilla temblaba. El uniforma negro que la rubia vestía era inconfundible— S-solo queremos su tarjeta y d-darles una lección a esas chicas...

—Deberíamos apurarnos. Ellas pronto estarán aquí.

—Si ese es el caso, pueden proceder. Solo necesitamos al oso.

—Ira muy bien con el cheesecake y la salsa de soja que tengo en la sala del club.

Nodoka sintió como la pandilla y las chicas desconocidas clavaron sus miradas en ella y Medved-kun.

Aferrada al oso gritó que si no había nadie dispuesta ayudarlas.

—Para eso es que nos pagan. —Dijo alguien que se acercaba por detrás del grupo proveniente de Red Winter Federal Academy.

Las chicas de la pandilla fruncieron las cejas y apretaron los dientes al ver al equipo antidisturbios.

—Es lamentable que nos veamos en una situación como esta.

—Preferiría que hubiese sido como la última vez. En una mesa comiendo juntas un bufet.

—Supongo que puedo hacerme de la vista gorda si deciden retirarse o no hacer nada.

—Lo siento, pero necesitamos al oso.

—Por favor, no permitan que le hagan nada a Medved-kun. —Rogó Nodoka.

—Entiendo...

La pandilla, la pelirrubia y su compañera y el equipo antidisturbios se apuntaron entre sí.

—Me encanta este trabajo, jiji. No se puede parar un disturbio sin hacerlo más grande primero. —Dijo la diablilla con una sonrisa.

Una de las pandilleras fue la primera en disparar, pero cayó rápidamente ante el disparó del rifle de la líder del equipo antidisturbios. El intercambio de balas dio inicio. El olor a pólvora rápidamente impregnó la calle. Había una chica que se disculpaba a la vez que disparaba con su escopeta, no obstantes, no la escuchaban. Las palabras habían sido impermeabilizadas por los gritos y las detonaciones que hacían a las chicas correr de un lado a otro al son de las balas.

El devastado lugar estaba siendo aún más destrozado por la batalla campal y Nodoka no podía hacer más que estar pecho a tierra cubriéndose la cabeza mientras las municiones iban y venían por encima de ella. Por otro lado, Medved-kun seguía tendido en el suelo sin querer mover un musculo mientras que Shigure estaba recostado a él mirando al cielo pensando con nostalgia en su ánfora. La estudiante de Red Winter levantó la mirada un momento. Vio a alguien caminar entre el fuego cruzado sin temor alguno. No podía verle bien la cara.

—Es suficiente. —La voz resonó en todas las chicas en el campo de batalla.

Con un disparó al aire, la batalla se detuvo.

Nodoka levantó la cabeza y aunque el sol la deslumbro, no dudo en lanzarse a las piernas de su protectora con un abrazo.

—¡Gracias,Kayoko!

Blue Archive - Stories (Versión en español) (Volume 3)Where stories live. Discover now