Las cinco chicas de Trinity que acompañaban a Nodoka estaban con la boca abierta. Kazusa dudaba de lo que la estudiante de Red Winter les había contado. Al contrario de ellas, a Suzumi le hacía sentido lo que Nodoka había dicho.
—¡No pretenderás abandonar...! —Dijo Kazusa con un agresivo tono.
—Para nada. —La interrumpió con calma— Creo que Nodoka tiene razón, pero salir de aquí no es fácil... Han pasado semanas desde que llegué. De no haber sido por Reisa, no sé si hubiera sobrevivido a esa horrible cabra. Por ahora, creo que puedo llevarlas al laboratorio donde ella y yo despertamos. Probablemente ahí tienen a Natsu. Cuando la recuperemos, buscaremos como salir de aquí o comunicarnos con el exterior.
—Probablemente las impostoras tienen un mapa o una ruta especial por el cual entran y salen. —Indicó Yoshimi sin pensar mucho en sus palabras.
Esas palabras se volvieron grilletes. Airi y Suzumi quedaron paralizadas. Los pies manos y hombros les pesaban. Manos y ojos temblaban. El corazón se les partía mientras escuchaban en su mente el eco de aquellos aullidos de dolor. Voces acusadoras aparecieron dentro de sus cabezas. El repentino cambió de ánimo en Airi y Suzumi no pasó desapercibido por la chica con orejas de gato. No tardó en comprender la razón del sombrío semblante. Kazusa quiso decir algo. Una ola de ideas la enmudecieron y encendieron un sentimiento de culpa mientras pensaba en Natsu.
La propuesta de Suzumi no sonaba muy fiable a los oídos de Nodoka. Yoshimi adelantándose a los pensamientos de su acompañante, le dijo que podía sonar sospechoso, como algún tipo de trampa, pero que, si esa fuera la verdadera intención de Suzumi, ella creía que no les habría dicho nada acerca de ese lugar y simplemente las hubiera llevado ahí. La estudiante de Red Winter asustada le dijo que no le leyera la mente.
Pensando detenidamente en lo que le habían dicho, Nodoka aceptó continuar a cambio de que ellas cinco le hicieran un favor. Aceptaron con tal de reanudar el paso lo más pronto posible. Nodoka se acercó a Suzumi, se quitó la gorra y tomó la mano de Suzumi. La dama de cabello plateado fue tomada fuera de base. El corazón se le aceleró. Nodoka la miraba a los ojos. La miembro del Vigilant Crew no era capaz de sostenerle la mirada. Tenía miedo. La chica de larga cabellera rubia procedió a pasar la mano de Suzumi por toda su cabeza y cara. Suzumi, sin idea de que era lo que pensaba la chica frente a ella, se sonrojó. Hizo lo mismo con las otras cuatro chicas.
—¡Solo querías que te palmeáramos la cabeza como a un buen perro! —Dijo Yoshimi exasperada.
—¡N-n-n-no soy ningún perro! ¡Hay una buena razón para esto!
—¿Cual?
—Hum, hum. —Había un brillo de satisfacción y superioridad en la mirada de Nodoka— Ya lo explicaré cuando lleguemos al laboratorio.
La caminata continuó en silenció. Tomó tiempo llegar al lugar que buscaban pues todo lo que Suzumi tenía como referencia para llegar al supuesto laboratorio era el busto de una criatura hibrida. Había visto otras en el camino, pero ninguno de esos se parecía al que había visto cuando escapó. Una vez lo encontró, era cuestión de suerte pues existía la posibilidad de que hubiera otro busto, o más, igual a ese en todo el laberinto.
Estaban a unos seis metros de la puerta que buscaban. La luz de los contenedores se filtraba por los bordes de la puerta que estaba solo puesta para bloquear la entrada.
Se pusieron de acuerdo para la formación de ataque. Reisa y Kazusa irían al frente mientras que Nodoka y Airi cuidarían la retaguardia. El asalto comenzó Reisa destrozó la puerta de un escopetazo y comando a las villanas que se rindieran. Tan pronto como entraron, se encontraron con Natsu. Estaba sentada frente a una computadora. La peli rosa del After-School Sweets club levantó las manos. Estaban un poco confundidas por lo fácil que había sido. La presidenta fanática de los dulces bajó las manos sintiéndose aliviada. Un par de chicas aparecieron de una recamara aledaña atraídas por las voces y el disparo. Una de ellas lucía un peinado de coletas y la otra, una cabellera rosa. Los ojos de las dos chicas que habían sido secuestradas se agrandaron
—¡Fueron ellas! —Dijeron al unisonó.
—¡Entonces esta es una impostora! —Dijo Nodoka lazándose sobre Natsu para no dejarla escapar— ¡Vayan tras ellas!
Suzumi, Kazusa y Reisa corretearon a las responsables de los secuestros. Yoshimi y Airi fueron a buscar entre los contenedores a su compañera y presidenta. Por otro lado, Nodoka fregaba su cachete contra el cachete de la posible impostora.
Pese al amplio tamaño del laberinto, la sala de las capsulas no era tan grande como en primera instancia le había parecido a Airi. Sin embargo, la dificultad de encontrar a su amiga no radicaba en la cantidad de contenedores, sino que cada uno de ellos estaba empañado por dentro, haciendo casi imposible divisar lo que había dentro. Sintió un hueco abrirse en su pecho. La amable chica trató de ignorar las voces que se habían callado con el calor de la acción, más habían vuelto a sonar con el incierto estado de Natsu. Se palmeó las mejillas para mantenerse enfocada. Intentó abrir una de las capsulas; estaba cerrada a presión además de estar muy fría. Intentó con otras. No hubo diferencia. Sus infructuosos intentos estaban acelerando su respiración hasta que se cruzó con algo que alivió su ansiedad. Unas pocas capsulas no estaban tan empañadas, podía ver lo que había dentro, aunque si estaban gélidas como las demás. Entre esas, no le costó encontrar lo que buscaba.
Las secuestradoras fueron atrapadas y escoltadas de vuelta a donde Nodoka estaba.
—¿Qué haces?... —Pregunto Kazusa viendo lo que la miembro del Spec Ops No.227 hacia.
—Estoy probando si mi teoría es verdadera. —Expresó con seriedad.
—Ok...
El grito de una voz familiar les llamó la atención. Kazusa y Suzumi corrieron a ver que sucedía. En el camino se unieron con Yoshimi y al llegar, se encontraron con una capsula que contenía una Natsu y, tiradas en el suelo frente al contenedor, dos Airi.
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Blue Archive - Stories (Versión en español) (Volume 3)
FanfictionUn par de meses han pasado desde el desastrozo White Day, Kivotos esta de cabeza y no hay mucho a lo que se le pueda poner buena cara. Sin embargo, una chica, tan terca como amable, que no puede aceptar lo sucedido, se aventura por Kivotos con la in...