CAPÍTULO 33

912 62 20
                                    

De alguna manera salgo de mi estupor.

—¡¿Cómo entraste?!

—Conseguí una llave de repuesto.

¿Qué? ¿Eso es legal?

—Eric, ¡no debes hacer eso!

—Lo sé, una disculpa, pero en verdad quería verte.

Lo miro y me controlo un poco, le he dado muchas vueltas al asunto. Y es mejor él a otro loco  entrando a mi departamento.

—Bien, vamos a hablar.

Él asiente, muy de acuerdo.

Sin irme a cambiar ni nada, paso a la sala y me siento en mi lugar habitual. Eric me sigue y se sienta cómodo. Claro. Su confianza no tiene límites.

—¿Has pensado bien las cosas?

—Un poco. Por cierto, gracias por las rosas, son hermosas.

Me sonríe contento.

—No hay de qué.

Suspiro y me acomodo. ¿Por dónde empezar sin sonar en lo absoluto una melodramática?

—Eric... ¿Cuál es tu historia con Natasha?

Sí, por ahí tengo que empezar. Ya luego descubro lo demás.

Se queda un momento callado, procesando y eligiendo sus palabras meticulosamente, supongo.

—Nos conocimos en Alemania, en el Sensations... —oh —. Intercambiamos números y desde entonces nos llamamos para quedar e ir a jugar. Fuimos solo compañeros de cama. Nunca salimos a mi casa o a otra parte. La primera vez que ella me invitó a salir fue cuando nos vimos en Malibú. En cuánto dijo el nombre de Claudeth y amigos supe que tenía que ir. Pero creo que hice mal, al parecer eso aumentó su deseo de tenerme como algo más. Desde entonces ella no ha dejado de molestarme con cosas sobre nosotros. Eso es todo.

Me ha contado esta pequeña historia y lo único que me interesa es que el fue a Malibú solo por mí... Estuvo actuando como si fuera una coincidencia que nos econtraramos... Aún así tengo la necesidad de indagar más.

—Dices que desde que me conociste no has estado con nadie más... ¿Por qué ella sigue frecuentándote?

—Se coló por mí.

Su respuesta es rápida, y la dice como si nada, como si no le importara. Casi me siento mal por ella, e incluso me imagino a mí igual... No, a mi no me va a pasar eso. Espero.

—Sé que por ahora estas en esto conmigo... Pero, ¿no sientes nada por ella?

—No.

Otra vez rápido, y me mira a los ojos para darme seguridad y confirmación. Parte de mi preocupación se esfuma.

—¿Y por qué dejaste que te afectara lo que sea que haya dicho cuando se presentó en tu apartamento?

—Porque me molestó lo que dijo y que tuviera razón en ese instante. Pero tú me demostraste que no la tiene.

Le frunzo el ceño, confundida.

—¿Qué cosa?

—Es parte del pasado. Ahora solo importamos tú y yo.

No me va a decir más, no quiere que lo sepa. Maldición... Estaré con la curiosidad a tope.

—¿Eso es todo lo que hablaremos?

Sí, es todo. Natasha no tiene nada que ver aquí ya. Eso solo Eric y sus pensamientos. Es él. Solo queda que decida decirme en algun momento lo que le afectó.

RevealedWhere stories live. Discover now