Capítulo 25: Gemelos parte 1

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Marisha.

6 meses después.

Bajo las escaleras con dificultad a pesar que Lucas me está ayudando, el vientre creció mucho y me arrepiento de haberme comido todo esa comida chatarra.

Mis pies están hinchados y mis senos parece que van a explotar «Cosa que Leonardo agradece»

Bueno como te contaba, Aline se enamoró de un árabe que resultó ser un príncipe y Chris se mudó a México porque dice que debe reencontrarse con sus raíces incas o algo así.

Lucas viajó unos días a Londres y me está contando todas las "novedades" (chismes en realidad).

— Y como está mi abuela.

Ella me llama por video llamada todos los días pero de igual forma quiero saber cómo está.

— Te manda a decir que te ama y que cuides a sus nietecitos.

Siempre me dice lo mismo, dice que les va a heredar absolutamente todo a ellos. Traidora.

— ¿Y qué van a ser?

Esa pregunta la tenemos todos.

— No lo sé, Leonardo ordenó que nadie, ni siquiera él, va a saber que son.

Egoísta.

Aunque por una parte es divertido, por la otra quiero asesinarlo.

—¿Y las cosas con la mafia siguen igual?

— Sí, aún no sabemos donde se metieron Jack y Emilio y los Alemanes andan demasiado callados.

— Hijos de perra.

Leonardo ha echo hasta lo imposible por descubrir el escondite de esas ratas pero lo único que logró encontrar es que se encuentran en alguna parte de América Latina, por supuesto debe ser en Colombia pero todavía no lo hemos confirmado.

— El anillo está precioso.

Admiro por décima vez en lo que llevo de mañana mi anillo de compromiso, es hermoso.

Ese día fué uno de los mejores de mi vida, Luego de la propuesta, Leo me dijo que ese bosque era completamente mío y que podía ir a patinar cuando quisiera, además, cuando volvimos a la mansión estaba un hermosísimo Bugatti blanco con detalles en diamantes solo para mí, sin dudas toda una sorpresa y como cereza del pastel, Leo mato a la ex sumisa que rondaba por todas partes.

Sí, fué un día perfecto.

— Marisha apresurate, debes desayunar y luego tenemos yoga.

La tía Alessandra junto con el padre y el abuelo de Leo llegaron ese mismo día. Alessandra dijo que estaba demasiado delgada y que los bebés podrían estar desnutridos, desde ese entonces se encargó de que comiera lo "suficiente", por su culpa ahora estoy gorda.

— Déjeme la ayudo señorita.

María (que ahora se convirtió en mi guarda espaldas) también contribuyó al hecho de que esté gorda, ya que ella me conseguía los postres que pedía.

¿Y yo? Solo soy una pobre víctima de ellas.

Me tiende la mano y logro terminar de llegar al final de la endemoniada escalera.

— Amor.

Leo sale de su oficina seguido de su abuelo y su padre.

Apenas llega me besa y pone sus manos en mi vientre, los bebés ya lo conocen y patean cada que él se les acerca o les habla.

Sobre Hielo Fino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora