¿Qué más podría ser?
Majo Taisen reaccionando a la Fundación S.C.P.
Iniciado: 12|12|2023.
Terminado:
Agradecimientos especiales a @DailyAnimeSite por aceptar mi pedido y por la entrega de la portada de mi Fanfic, también un enorme agradecimiento a @...
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Música para acompañar el capítulo 1/2:
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El viento aullaba entre las ruinas del Anfisino, arrastrando consigo el olor acre de nicotina y recuerdos distorsionados de la Dama Azul. Los rastros de humo del SCP-013 se disipaban en espirales pálidas, apenas perceptibles bajo la luz mortecina del pálido Sol.
Aun así, una pequeña nube se aferraba con obstinación alrededor de Bonnie Parker, envolviéndola como un sudario.
Más de una lo agradeció. El escozor en los pulmones ya se desvanecía, y la sensación de ajenidad, de ser otra persona, se disipaba lentamente. Pero eso no significaba que estuvieran a salvo.
No querían admitirlo, pero el efecto del SCP-013 no terminaba con el último cigarro consumido. No era solo un cambio momentáneo, una ilusión pasajera. Había algo más profundo en el humo, algo que impregnaba la memoria, los pensamientos, los propios cimientos de la identidad.
Una experiencia en otra liga.
Bonnie exhaló una última bocanada antes de aplastar la colilla en el cenicero, deshaciéndose de la evidencia con un movimiento ausente. No se percató de que sus dedos temblaban, de que su mano, por un segundo, no le pareció propia.
Los ceniceros de las demas estaban casi vacíos, pero la ceniza no se había asentado. Flotaba en el aire, en suspensión perfecta, negándose a caer como si aún estuviera atrapada en un tiempo que no les pertenecía. Algunas partículas brillaban tenuemente, reflejando destellos fantasmales, como estrellas muertas que aún insistían en brillar.
Y entonces, el silencio.
Las mujeres y demonias se miraron unas a otras. Nadie hablaba. Todas sentían lo mismo: una incomodidad que se arrastraba por sus venas, que se instalaba en el fondo de sus mentes, contaminando sus pensamientos con preguntas sin respuesta.
El terreno a su alrededor parecía más ajeno de lo habitual. Las paredes del Anfisino, ennegrecidas por el humo y el tiempo, parecían pulsar con una vida propia, como si respiraran con ellas. Lo que antes eran pilares firmes ahora se veían quebradizos, astillados, como cerillas rotas.
La realidad se sentía maleable, deformada.
-Esto no está bien -murmuró Lilia, frotándose las sienes-. Una estúpida caja de cigarrillos no debería ser un mayor problema... no para quienes somos más que los adictos mortales de eso.
Lilitum no respondió.
Lilim no podía.
-¿Bromeas? No es la gran cosa, es un "peligro" solo para los débiles que caen en las adicciones, su misma tristeza podría ser la de esta "Dama azul" aunque no lo parezca, varios elementos de los sujetos -que desconocemos- están ligados a la potencia del SCP-013, digo yo -supuso Kiskill con atención.