XI. Aorta

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Ella se la vive bailando
en la cámara de mi memoria;
cuando se cansa, suspira...
y me azota de tormentas.

¿Puedo decir que yo
me he vuelto adicto tanto
al sufrir de tu compañía?
Si te vas algún invierno
no sé como sería primavera
otra vez, otra vez...

Amarla me destruye,
como huesos la fricción,
como fuego la carne viva...
Pero ella no lo nota, no.

Vive pensando que
soy solo un momento.
¡Ingrata! ¡Que diera yo
por que me amaran así!
¡Que me quisieran así!

¡Tan suicida!
¡Tan tonta!

𝑬𝒍 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒊𝒗𝒐 𝒅𝒆 𝑳𝒂𝒔 𝑭𝒖𝒓𝒊𝒂𝒔 𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora